Adios
Yo sé que si estás aquí,
aunque físicamente no,
mi corazón presiente,
ese palpitar que no cesa.
Y me dices que sí
me estás abrazando
y dándome besos
de despedida.
Pero el amor que late
dentro de mí puede más
que la propia realidad:
No he visto a mi ángel
para que me arrope
con sus alas.
Cuando arranca el tren:
Ya vamos volando.
Y se oye dentro de mí
como una pena honda
no puedes: “Adiooos”.
Adiosooos mi amor,
con ese adiós tristón
has hecho que los ojos
se me humedezcan
de fuerte emoción.
Esa que me produce
este adiós tan penoso,
y nostálgico
por no vernos más.
Montt, 10, enero, 2024
Romero Salgado Pacha
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