Mi memoria
La memoria se pierde
pensando el pasado
y se nos entrevé
sí en él pensamos.
Volvemos al camino,
los puentes de Madison
y tu imagen me aparece
como un fiel retrato.
Enfilamos nuestros pasos,
al sendero del Manantial
buscando sin encontrarte
y el caminar se hace largo.
El fresco de la mañana,
me despeja la memoria
es el viento que corre
son suspiros al vuelo.
El otoño poco a poco
se apaga lentamente
como un aleteo del ave
que pierde el vuelo.
Que bajo el cielo,
del sol de mediodía
una luz me ilumina
y veo el firmamento.
Triste y solitario está
el camino que vamos,
y salpican florecillas
por dónde pisamos.
Blancas como la nieve
que van apareciendo
y esperando que caiga
ansiosas esa lluvia.
Esa lluvia que llegue
con esa sequedad
y el ardiente deseo
que implora el campo.
Y me llegan de nuevo
esos recuerdos tuyos
al sentir la añoranza
tan siquiera pensarlo.
Este lindo camino
nos trae la nostalgia
que aflora al instante
al pisar el sendero.
Atrae a mis recuerdos
de esa lejanía cercana
de ese tiempo lejano
lo soñado y no soñado.
Es el destino que va
y vuelve del futuro,
es el amor que te tengo
del presente y pasado.
Como telarañas
reviven los recuerdos
es como el tiempo
que intuye lo venidero.
Tiempo que pasa ligero
ni mira ni se detiene
y se me nubla la vista
sin poder atraparlo.
Pero tu figura juvenil
se agranda en la retina
para yo guardarla
en mi flaca memoria.
Y tú viva imagen aparece
en la neblina del tiempo
y me enturbia de emoción
del cansancio de mis ojos.
Y tú, que calladamente
tristemente silenciosa
me miras en ese tiempo
que quieres decirme algo.
Esa mirada de tus ojos
que me llega de lo lejano
y que quieren estar conmigo
para darme consuelo.
Camino y hablo a solas
con el sentir del tiempo
te busco y no te veo
y al verte me detengo.
Y mustios los tres
tú, yo y el tiempo
se nos está escapando
de entre los dedos
Nos quedamos mudos
sin decirnos una palabra
y en la mirada de tus ojos
solo quedan los recuerdos.
Enmarcada en mis ojos
y clavada en mi pecho
como flecha de cupido
en mi corazón soñoliento.
Torrejón, otoño, 2025
Romero Salgado Pacha

No hay comentarios:
Publicar un comentario