Tesoro encendido
Pronto me dormiré,
con las luces apagadas,
solo se nota la tenue luz
que se filtra por la ventana.
Mi pensamiento vuela
en busca de su amor,
del tesoro encendido
con el corazón abierto.
Siempre me aguarda,
con esa sonrisa suya
que a través del tiempo
se alarga y se alarga.
Traspasando lo invisible
todo lo que a su paso halla.
Solo la luz de la cara
que retiene la mirada.
Para decirle la quiero,
que la adoro y la amo,
en la noche adorarla
hasta aparecer el lucero.
Sí, veo una luz
que entre las sombras
se alarga y se alarga,
se acerca hasta mí
y me besa en la cara.
Y soñaré lo no soñado
ir bajando por su costado
y tocar los glúteos de su trasero.
Y con los dedos de mis manos
seguir explorando esas sinuosidades
que se perfilan por su cuerpo.
Para besar sus labios rojos,
dulcemente amables y sensuales
como ese bronceado de su piel
que el sol ha moldeado.
Montt, 14, dic. 2025
Romero Salgado Pacha

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