Josep Guinovart i Bertran:
(Pintor, dibujante y grabador catalán)
Nació en Barcelona en 1927.
Falleció en Barcelona, en 2007.
Sus primeras obras están fuertemente marcadas por las influencias de Nonell y Gimeno. Su estilo realista dura poco tiempo y en 1948 se produce un cambio importante. Se considera que su primera etapa dura desde 1948 hasta 1951 abandonando el realismo de intención naturalista.
Trabaja en realizaciones muy diversas con el empleo del collage. A lo largo de esta corta etapa se desarrollan dos líneas paralelas: la ingenua y libre, popular y ¨anarquizante¨, que recrea de memoria la realidad, y otra, de filiación y aspiración culta, y pintada del natural. Ambas, hacia 1952, tenderán a fundirse.
En 1949 conoce a miembros de Dau al Set, como el poeta Joan Brossa y el pintor Joan Ponç. Bajo la influencia de este grupo artístico, culmina su fase ingenua y arranca la magicista, enlazando con la libertad y el desenfado aparecidos en los dos años anteriores.
Retrat de Montse Sunyer, 1949-1950. . |
En las últimas obras, persiste la memoria de la tierra, la presencia de la tierra, la vida en la tierra y el paso del tiempo. Así, la luz del sol, como la rueda del carro inscrita en el círculo solar, de La rueda (1949), son símbolos de la energía vital y del trabajo del hombre, que tiene en la era del espacio emblemático de la vida en el campo, del ciclo vital y de la agricultura.
El primer dibujo de temática taurina del artista data de 1949, cuando apenas contaba 22 años: «Es como si alguien recuperara un dibujo que hubiera hecho a los 3 años. (Apunta María Guinovar sobre las 40 obras de una exposición de Guinovart, en 2009. Toros, hondura y cante no pretenden, en absoluto, reivindicar las corridas de toros. Lo que fascinaba a su padre del toreo era puramente «su fuerza plástica»)
Frente a la visión tradicional, costumbrista y amable, el artista resalta la tensión, el drama, la crudeza, lo siniestro y la muerte, aunque siempre tratados con una gran ingenuidad. Dos series de monotipos, realizadas entre 1949 y 1950, que llevan como título Els braus, se vinculan con Picasso, de quien las Galerías Layetanas acababan de presentar una colección de litografías sobre este tema. Son escenas de un tono libre y popular marcadas profundamente por la poesía de Lorca, ya que encuentra en este autor un paralelismo literario con sus inquietudes plásticas.
En otras obras como Corrida de toros (1949), Guinovart incide en un primitivismo sígnico de un cierto magicismo surreal influenciado por el espíritu de “Dau al Set”.
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