Qué maravilla
Desde aquí también
mirando el horizonte
del mediodía
te puedo contemplar
con mi pensamiento.
Deseo poderte vislumbrar
a través de esa neblina
de los recuerdos,
para ofrecerte mi amor.
¿Si fueras tú mi compañera,
ay, tú, sí tú, ahora y luego
y siempre, siempre
si tú lo fueras?
“Ya lo sé tresor,
pero piensa que estoy,
cerca, muy cerca
y con los dedos
acariciarte”.
Pero es como estar lejos,
si mis ojos no alcanzan
a verte siquiera
es como vivir a oscuras
más allá de las estrellas.
Mi mirada por mucho mirar
se pierde en la atmósfera
que la envuelve y tapa la visión
de tu figura señera.
Te amo tanto,
más que ninguno
y mucho más
que nadie lo hiciera.
“Mi cielo, mi amor,
te adoro”.
Mira cariño, aquí, tú y yo,
pero sin podernos ver,
es como tocarnos
con la mano
a través de la niebla.
“Qué maravilla,
mi vida
qué deseos
mi amor”.
Costa Brava, 26, febrero, 2024
Romero Salgado Pacha
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