Fruta prohibida
Recuerdo ese gozo,
sentados en la terraza
ese placer oculto mío
por ese atrevimiento
en acariciar tu pelo.
Si, solo me faltó
meter mis dedos
en el bosque
de tu cabellera
y besar tu frente.
Fue ese placer
ese que siento
el deseo de tomar
la fruta prohibida
que se te ofrece.
Es el pronto deseo
que excita la mente
de besar tu boca
preñada de amor
aun con gente.
Pero no lo hice,
sí estuve a punto
de rozar tus labios
y besar mis ojos
tu alma ardiente.
Fue un instante
muy ardiente
donde mi mirada
en ellos se posó
de repente.
Por eso, porque sí
por qué te quiero,
es algo imposible
de esa prohibición
de los deseos míos.
Calvario, verano, 2023
Romero Salgado Pacha

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