El correr del tiempo
Y dejaré correr el llanto
ese llanto de desconsuelo
y moriré con ese abrasador
calor que tengo interno.
Hundida mi cabeza
entre tus suaves senos.
yo te estaré esperando
en una nube de algodón.
La más cerca que haya
allá en el firmamento
para subir los dos juntos
con este amor eterno.
Pero no es tiempo de llorar
ni de penas ni de tristezas
es tiempo de alegrar el corazón
lo que mejor tenemos
es lo que al final nos queda.
Mírate en el espejo, sí,
mírame con insistencia
en ese estado de embriaguez
que embarga todo mi ser
de estos sentimientos
nuestros.
Montt, 1, sep. 2025
Romero Salgado Pacha

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