En la lejanía
Hoy ya he regresado
y en mi corazón late
tus recuerdos vivos
de un tiempo pasado.
Recordándote estoy
de aquel lugar lejano.
¿Cuándo has de volver?
Yo te estaré esperando.
No importa que tardes
y me des la sorpresa
esa grata visión tuya
cuando hayas llegado.
Los dioses te protegen
como a un ser alado.
¿Y llegará ese día?
¡Sí! Ese día tan deseado.
Para que tú y yo
bebamos besándonos.
¡Oh, divina dama!
de cabellos dorados!
Que frenesí me embargan
creyendo besar tus labios.
¿Cuándo has de volver,
dime cuándo?
Y cuando tú regreses
yo te estaré esperando
y si tú no regresas
moriré de tanto esperarlo.
Y de tanto esperarte
se me partirá el alma,
volaterizará mi espíritu
de tanto pensarlo.
Cruzaré valles y lagos
cruzaré ríos y montañas
y cómo el viento que silva
llegaré hasta ti volando.
Y te veré, sí, amor divino
con gloria en los ojos
el amor a flor de labios
y tú boca besando.
Besaré tus cabellos de oro
acariciaré tus rojos labios
y te llevaré con el viento
muchos besos y abrazos.
Y volaremos por el cielo
los dos atravesándolo
apretando nubes de algodón
todo el camino suspirando.
Torrejón, 27, nov. 2025
Romero Salgado Pacha
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