Veo el río correr
Día radiante y soleado,
la timidez ha despertado
de ese frío de la mañana
que ha visto amanecer.
Las nubes van escapando
dejando ese color otoñal
tintes de hermoso paisaje
que tanto nos gusta ver.
Y el rocío de la mañana
tiende su manso manto
junto al lecho del río
de fácil de recordar.
Entre las gotas de agua
que se van dispersando
en la capa del césped
y la mirada que te atrapa.
Mi mirada se desvía
una y otra vez de nuevo
y se me va perdiendo
viendo el río correr.
Dulce la luz del sol
que nos acaricia la piel
sentados junto al puente
viendo los peces correr.
Los peces y las lampreas
que echamos de menos
en contra la corriente
por la que suelen correr.
Escucho en la cercanía
el balar y del balar
de una oveja perdida
que sonríe al ver llegar
a su corderito venir.
El río no deja su cauce
en ese ir y devenir.
Y de vez en cuando
haciendo un descanso
una charca que la acoge
para luego seguir.
El agua, rico tesoro
que ya se hace ver
y notar en sus ríos,
valles y arroyuelos.
Dulce visión la mía
que me adormece
solo con su visión
solo acariciándonos.
Sensación de pureza
de placer y soñar
bajo el puente sueño
sintiendo el río correr.
La hierva sueña con salir
y el sol se convierte suyo
con esa complicidad
para verla crecer.
Hoy pienso en ti
hoy como ayer
y como siempre
y tú que entres de mí.
Y compartas conmigo
esa dulzura del placer
de lo que es sufrir
y sentirte junto a mí.
De un amor que muere
y vuelve de nuevo a nacer
porque yo sin tu amor
no sé ni puedo vivir.
Siento que estás aquí
a mi lado, conmigo
mirando en el agua
del río correr y correr.
Veo tu imagen divina
que en ella reflejada
como tus ojos me miran
silenciosamente sin fin.
Y con los ojos míos
ver como discurre el agua
sobre los cantos rodados
del cauce correr y vivir.
Vivir con ensoñaciones
en los labios que rozan
entre tu piel y mi piel
en elucubraciones sin fin.
Y nos volvemos a mirar
de nuevo en el cauce
con esa claridad nítida
donde tú pareces salir.
Y tu mano con la mía
tiemblan de sentimientos
y aun así yo sigo
sin dejar mirándote
y al río correr.
En su murmullo que corre
al unísono de mí y en tí
entre tu piel y mi piel,
entre tu alma y la mía
y entre tu ser y mi ser.
Calvario, 11, nov, 2025
Romero Salgado Pacha

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