Autor:
Edgar Wallece.
La ilusión de ser detective no duró mucho tiempo para Harry Stone. Alguien con tantos nombres puede resultar sospechoso hasta para la policía.
Había una vez un hombre llamado Harry Stone, también conocido como Harry el Valet, que a veces se registraba en los hoteles como el señor Harrison.
Harry Stone era detective. Esto solo duró tres meses, hasta que la policía de Rodhesia descubrió que estaba metido en el asalto al Banco Nacional de Johanesburgo.
Eran otros tiempos, y las autoridades coloniales hacían la vista gorda con los defectos de sus funcionarios.
Harry no tuvo dificultad en escapar en el tren nocturno con destino a Cape Town con 300 libras malhabidas en el bolsillo.
Su objetivo era visitar a otro artista de su calaña, un tío genial e incomprendido llamado Lew Daney.
Pero en las colonias hay peligros que acechan a hombres como Harry, mucho más temibles que la policía.
Madrid, 1932.
Ed. Aguilar.
238 páginas.
Traducción: E. de Aldecoa.
Colección: "Detective"
Rústica.
13x19 cms.
Con señales de uso.
Ejemplar sin referencias.
(BG-4782)
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