Otoño caliente (IV)
Mírame a los ojos
Mírame a los ojos
como tú sabes hacerlo
bajo las blancas sábanas
que cubren tu cuerpo
de flor inmaculada.
Esa luz que brilla
de tus ojos al mirar
que en tu retina
quedaron siempre
para conmigo soñar.
Dame la mano tuya
para cruzar el destino
que unida con la mía
nos ilumine la noche
para poderlo alcanzar.
Acércate, amor mío
y mírame a los ojos,
que de tanto tiempo
que están sin verte
de pena llorando están.
Romero Salgado Pacha
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