Poemas en prosa: (I)
Para ti, mi amor...
A quien más quiero.
Tenerte cerca (Poema)
Te quiero mucho, ¿Sabes? En cada instante de mi vida yo tanto te recuerdo que necesito a cada instante de ti, simplemente quisiera hablarte y aunque tan solo sea para decirte hola, se conformaría mi espíritu. O tomarnos una cerveza juntos para mirarnos a los ojos, y mirarme en esos tuyos, a veces turbios, tristes, pero hermosos, llenos de un sentimiento enorme que guardas en tu pecho y nadie sabe, sólo yo. Yo que tanto he aprendido de ti, como mujer como amor, como niña, como amante.
¡Sí! necesito ese consuelo de tenerte cerca, muy cerca, sentir el contacto de tu piel con la mía al rozarte, y aunque después te diga hasta luego, me tengo que ir, pero sabré que al día siguiente podré otra vez verte, incluso ese mismo día. Siempre estarás cerca y en cualquier momento, en cualquier lugar podré de nuevo encontrarte, y solo con eso, sólo con eso, tendré bastante. Porque lo prohibido aunque no se debe tomar a veces, si se puede tocar y tomar cuando se puede. Esa es la pena que me atenaza no poder, cuando yo quiera abrazarte, besarte y tenerte.
Eres mi aliento, mi consuelo y mi sostén. Aun no se porque, me lo pregunto muchas veces y mi subconsciente no me sabe responder. Porque será este cariño tan inmenso que sale como fuego ardiendo dentro de mi. Pueden suceder miles de cosas a nuestro alrededor de nosotros, donde quiera que estemos, algunas puede que no sean todo lo aceptables que tu puedas creer en mi, pero ten siempre muy presente, que sólo tú serás la mujer que ocupe mis pensamientos en ese momento y siempre, siempre. No tengas duda de ello nunca, corazoncito tierno de mujer, de niña adormecida, que yo quiero retener sobre mi pecho y acunada en mis brazos, así siempre has de ser.
Van quedando pocos días para que nos veamos. Te quiero mucho y mi corazón late con ardor pensando que pronto me miraré en tus ojos de ensueño, de sufrimientos, de dolor, e iré contando los segundos que pasen, incluso cuando esté dormido. Y trataré de alcanzar la cima del tiempo, y me quedaré siempre, siempre pensando en ese divino momento, hasta que llegue ese instante en el que tú y yo nos unamos en un abrazo de enamoramiento y nos besemos como dos tiernos retoños que al cabo de tanto tiempo se han encontrado.
Y será ese el tiempo plácido de dicha y felicidad que hará que se detenga el tiempo en ese mismo instante y que calle el silencio. Te quiero, te quiero, te quiero; mi tesoro, mi vida, mi tesón, mi dulce niña, mi amor. Te quiero, te quiero, te quiero siempre, siempre te querré como si fuera un acto de dicha nuevo.
Siruela, 8 de agosto de 2022.
Romero Salgado Pacha.
