Ángel Herrera Oria:
(Periodista, jurista, político y sacerdote español)
Nació en Santander el 19 de diciembre de 1886.
Falleció en Madrid el 28 de julio de 1968
Llegó a ser cardenal de la Iglesia católica.
Fue nombrado Obispo de Málaga por el Papa Juan XXIII en 1947.
Acción Católica Española lo eligió como su consejero eclesiástico nacional de 1949 a 1955.
Algunas de las frases pronunciadas en 1949 por Angel Herrera Oria:
Monseñor Fidel Herráez cerró su intervención con unas palabras pronunciadas por el siervo de Dios Ángel Herrera Oria el 30 de septiembre de 1949: «No es la hora de los pusilánimes, como tampoco lo es de los retóricos o sofistas. No está planteada la lucha en los salones o en los cenáculos, sino en el ágora. No son días para planear, discutir o proyectar tranquilamente en torno a una mesa. Hay que lanzarse a actuar, con prudencia, mas con un espíritu audaz, a lo divino. Hay que salir decididos a alta mar, aunque la mar esté alborotada y tempestuosa, y arrojar allí la red, en nombre del Maestro, con la plena confianza de que los frutos superarán con mucho nuestro esfuerzo y nuestra esperanza». (Ricardo Benjumea "Alfa y Omega"Fecha de Publicación: 19 de Noviembre de 2015)
En los años cuarenta, los años del «nacional-catolicismo» para un sector importante de la historiografía sobre el franquismo, hubo, sin duda, desde la Iglesia, un apoyo legitimador hacia el Régimen; pero también es evidente en esos difíciles años la existencia de una «preocupación social» entre algunos miembros destacados de la Jerarquía eclesiástica. Es perceptible, sin que ello suponga olvidar la fuerza que suponía dentro del episcopado de la posguerra el bloque dominante ideológico de los obispos «defensores» de la idea de Cruzada, una cierta labor frenante de la Iglesia ante las tentaciones totalitarias del Régimen.
En una homilía del propio Herrera Oria del año 1949, aparecen con claridad las tensiones que esa actitud de «colaboración sí, pero» despierta en los propios ambientes católicos: los católicos que se lamentan de que los obispos, secundando al Papa, hablemos con apremiante insistencia de los deberes de justicia y caridad y defendamos los intereses de los que viven de su trabajo, no solamente proceden como malos católicos, sino que incurren en un grave pecado de insensatez social y política, imposible de disculpar». ("El Cardenal Herrera Oria" Por: José Cepeda Gómez)
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