Autor:
Pío Villegas Solar.
Al igual que los niños cuando los bautizan, los libros al nacer, son apadrinados. Llamamos padrino al que escribe el prólogo; a aquel que presenta al autor al público y al mismo tiempo le anticipa el juicio que tanto éste como el libro lo merecen, y que, invariablemente, es muy bueno.
Esta novelita no tiene ninguna otra aspiración que deleitar a los lectores y hacerles el tiempo que estén en su compañía corto y agradable.
Dedicatoria impresa en primeras páginas:
(A Rosarito Iglesias.)
"Gustosísimo cumplo la palabra de dedicarte esta obrita.
Mi único sentimiento es no ofrecerte una obra de más méritos; una obra digna de tí, actriz ilustre; pero recíbela como si fuera una joya literaria, pues no dudes que te la dedicar´´ia con el mismo entusiasmo.
Es un aplauso más, de los que oyes constentemente, dedicado a tu inmejorable arte.
Madrid, 1930.
Ed. Espasa-Calpe.
254 páginas + 1 hoja.
Rústica.
13x19 cms.
Ejemplar adquirido en "El Rastro", de Madrid, en 1986.
Con índice bibliográfico: bact890.
100p.
(BG-5520)
No hay comentarios:
Publicar un comentario