Cualquier pueblo que se precie sigue siendo para todo aquel que haya nacido, un lugar de entrañamiento, de recuerdos de la infancia, de la familia que quedó allí, de los amigos y de tantas cosas que a lo largo de los años han dejado en el recuerdo cuando has vuelto a reencontrarte, bien en verano, en Semana Santa o en Navidades, un año sí y otro también.
"Los Lobos". Siruela, julio 2020. (Alonso) |
Cuando vuelves deseas ver a todas esas personas queridas que años atrás has dejado, pero siempre faltará alguna de ellas que por estas circunstancias del virus, enfermedades o por otras causas no han podido volver. Lo sientes, verdad que lo sientes.
El solo hecho de verlas te reconstituye el alma y el espíritu y si no es así te quedas asolado, nostálgico y triste. No ha podido ser, la próxima lo será. Esperemos que así sea. siempre contando con que este virus nos deje.
El solo hecho de verlas te reconstituye el alma y el espíritu y si no es así te quedas asolado, nostálgico y triste. No ha podido ser, la próxima lo será. Esperemos que así sea. siempre contando con que este virus nos deje.
Sin embargo encuentras otros apoyos cariñosos de familiares, amigos y conocidos. Bien que lo necesitamos, todos un poco, como se hacía antiguamente que se aunaban humanamente, con el calor humano. Ahora es un poco casi igual, sin fiestas ni celebraciones de ningún tipo, (ahora están ausentes por eso del contagio) y vamos todos "embozados" para evitar al "bicho". Nos sigue quedando ese pequeño apego, que, respetando las distancias, solemos fraternizar.
"Los Lobos", Siruela, julio 2020 (Alonso) |
El hecho en sí suele ser un poco infantil en situaciones dispares como estas. La risa "brota" espontánea con cualquier frase hecha que, aunque significativa, no fuera para tanto.
Sin embargo, estos meses de confinamiento, cada uno en su lugar de residencia, ha hecho que nos sintamos raros, nostálgicos, y, por qué no decirlo, infantiles. Es parecido como cuando sales de un presidio, coartado de muchas libertades...
"El Carrascal, Pago", Siruela, julio, 2020. (Alonso) |
Con ese sentido de la sensatez y seriedad que corresponde e intentas cortarla o corregirla, atajarla de alguna manera. Y porque ya con cierta edad parece hasta vergonzoso.
No queremos, ni pretendemos, en ningún caso, poner fin en venideras ocasiones a este fenómeno, pues la verdad es que no deja de ser también una fuerza mayor, un estado anímico en las personas que no deja de ser, al fin y al cabo, un bien que en ese momento pudiera necesitarse.
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