Autor;
Miguel Murillo.
- No está claro el lado del espejo al que pertenecemos. Siendo objetivos hay días en los que parece, a tenor de sucesos y noticias, que los infiernos clásicos se abren en cada boca de Metro o al cruzar cualquier esquina.
- La silenciosa levedad de las ánimas se topa con nosotros, si es que no habita en nosotros, en multitud de ocasiones. Las calles están habitadas por entes que vagan sin dejar hueco para reflejarse en espejo alguno, sin destino definido.
- Narra José Luis García Martín una historia en la que una mujer sueña con una casa a la que se acerca en sueños. La mujer, un día en el que viaja con su coche, se cruza con una casa en la que se parece a la de sus sueños, detiene el vehículo y se asoma a una ventanilla, sale un criado de aquella casa y la aborda.
- El criado narra a la mujer la existencia de un fantasma que cada noche merodea la casa y les tiene inquieto. Cuando la dama se estremece ante lo narrado por el criado, éste le señala: 'No entiendo su asombro, señora, pues ese fantasma es usted".
- En estas fechas necrológicas del otoño, me apetece rodearme de Poe, de García Martín o de Bécquer, que degustar huesos de santo y castañas escuchando el monótono soniquete, que pregona, como verdad refutable, que los difuntos son ellos.
Cáceres, 2000.
Ed. Diario "Extremadura"
Página, 6.
(2 de noviembre de 2000)
Foto en blanco y negro (Miguel Murillo)
1 hoja suelta.
El autor:
Miguel Murillo Gómez nació en Badajoz, en 1953.
(BE-1553)
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