Presencia perpetua de José Iglesias en el Hogar
Cuando se jubiló Serapio de funcionario de Correos, emprendió su tiempo de ocio en dar pinceladas, pintando cuadros, un arte que ha resucitado su espíritu con la viveza de un artista consagrado, como si se tratara de una profesión que hubiera desarrollado a lo largo de toda su vida. Ha encontrado ese gusto, esa afición que ha enaltecido y ensalzado su espíritu inquieto y le ha dado sentido a ese tiempo de su jubileo, como él mismo llegara a contarnos en más de una ocasión.
Aquí nos ha dejado esta excelente obra del poeta, amigo de todos, José Iglesias Benítez; un trabajo que ha sido muy logrado. El autor tuvo el detalle y el acierto de donarlo al Hogar Extremeño de Madrid. Allí se encuentra este cuadro colgado en el Salón de Actos para que todos los amigos del poeta, tristemente desaparecido por culpa del Covid, puedan recordarle en cada momento, siempre que asisten a algún evento cultural del Hogar o, simplemente cuando, sentados en una de las mesas, compartes charla en compañía animosa con otros amigos.
Este retrato de nuestro amigo Pepe siempre nos traerá esos múltiples recuerdos en los que compartimos en su compañía en múltiples actos del Centro y también en infinidad de charlas con su grata compañía tan amistosa y amena en las que derrochaba poesía por los cuatro costados y ese buen humor que le caracterizaba. Siempre aprendías algo de él, era como un libro abierto que deleitaba a todos aquellos que tuvimos la suerte de tenerlo como amigo, y como no, a cualquier otra persona que se le acercara, sin tan siquiera conocerle, al escucharle, su palabra cargada de sentido común y de sabiduría llegaba a subyugarle al momento.
Fuenla. 22, nov., 2022
Alonso Pallares
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