Día del Bibliófilo, 2002, a la memoria de un gran amigo: José Iglesias Benítez.
Como cada año asistimos al Día del Bibliófilo y como tantas otras veces en Trujillo. Un año más donde todos los extremeños amantes de los libros vuelven a verse, a compartir libros que unos y otros suelen tener repetidos, a charlar sobre sus libros, sobre la historia que puedan tener y, que la tiene cada uno de esos "tesoros" para ellos.
Día en el que siempre llegas a conocer a otro nuevo bibliófilo que se ha unido a la Unión de Bibliófilos Extremeños (Ubex), y te cuenta todo aquello que sabe de los libros donde sus puntos de vista sobre bibliográfica coinciden con los tuyos.
Día en el que es invitado un personaje relevante de la cultura española para hablarnos más de lo mismo, que a cualquier otro no le dice nada, pero que a nosotros es como hablarnos de la vida misma: de nuestro amor por ellos, a la letra impresa, a la encuadernación, al tipo de papel, a la edición, (si es primera, segunda, o...) a la rareza, a la antigüedad, a la historia que nos cuenta, a la fotografía, en fin... tantas y tantas cosas en un día, traducidas en los recuerdos y las vivencias sobre los libros de todo un año, y como no, de toda esa vida dedicada a una de las cosas más maravillosas y que más quieres,...
A veces, un amigo te sorprende con un libro de regalo que hace tiempo sabe que estás buscando con interés desmedido, y entonces, la alegría es inmensa. Otro momento es la comida, donde compartes mesa, cubierto y mantel con tus amigos los bibliófilos, ¡como para no seguir pensando y hablando de los libros!, ¿verdad?.
Y la tarde se hace tarde, porque para el bibliófilo todavía es temprano y siente esa pena irremediable de partir pensando en volver, no mañana, sino al otro año...
José Iglesias Benítez y Alfonso Caballero
Trenado tras recoger la bolsa de libros
que la Ubex obseqia a cada uno de sus socios.
Trujillo, 6 de abril de 2002.
(Foto: Un bibliófilo anónimo)
(BE-1400)
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