La Dama llora su cautiverio (V)-
(Romance)
- ¡Oh!
Mi tesoro escondido,
mi amor secreto,
mi fiel caballero.
- Quien me hace reír
y de sonreír
que me hace feliz
sólo con pensarle.
Ya triste esta la dama
cautiva en una celda,
prisionera del sultán
toda ella plañidera.
Recuerda con fervor,
a su amor, el señor caballero
que la tenía protegida
y como princesa la trataba.
Aferrada a los barrotes
de la maldita celda,
que este malvado moro
la tuviera preparada.
Mientras el caballero
de la Mesa Cuadrada,
en sus aposentos meditando
de qué forma ha de batir al moro,
de ese castillo que a su dama
se le ha llevado
en un imprevisto descuido
en prisión la ha encerrado.
- ¡Cuánto me gustaría
en estos tristes momentos
tenerte, amada mía
tiernamente entre mis brazos!
- Mis ojos bailando
de puro contento,
mi corazón resucitaría
el poder estar a tú lado.
- Y si tu estuvieras conmigo
yo de dulzura me moriría
verte y tocarte
yo estaría soñando.
- Estos vecinos de abolengo,
de reyes y sultanes
que de morería vinieron,
a mi palacio vino a asaltar.
- De regreso al palacio
me asaltaron y te secuestraron,
cuando yo cure de estas heridas
acometeré ese castillo.
- Y volveré a arrebatarte
de ese maldito sultán.
¡Ay! de mi pobre dama
dulzura de mis quebrantos.
- Refugio de mi soledad
que peligro ha sido
tenerte viviendo cerca
de este moro desleal.
El real y apuesto Caballero,
el de la Mesa Cuadrada,
escucha recordando a la Cautiva
cuando le susurraba una nana.
"- ¡Yo te quiero!
¡Mi dulcísimo caballero!
¡Duérmete, mi niño bueno1
¡Duérmete mi niño guapo!"
Unas notas musicales
en el aire sonaron,
desgranadas en melodías
de la nana que de la dama sonaron.
- Yo te estaré vigilando
-le decía el caballero a la dama-
para que en mis narices
no te secuestre ese sultán malvado.
- ¡Ven, postra tu cabeza en mi pecho,
en esta fuente junto al Palacio!
¿Ves,
que guapa posas junto a esa fuente?
- Tu cara posada en mi pecho
frente e mi palacio, de este caballero
de la mesa al cuadrado.
- Tu siempre esperando que yo salga.
para darte un besito tras otro
y mirarte a través de esta agua
tan limpia, tan transparente.
- Mira y contemplas sus aguas
claritas claras
donde se dibuja mi silueta
la de tu Caballero
de la Mesa Cuadrada
con su rodela, su escudo
y con su espada colgada.
La Serna, 15 de febrero de 2022
Romero Salgado Pacha
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