Las Cuatro Estaciones:
(Invierno LXXII)
Llegaste sin esperarlo (Poema)
No sé qué tienes en esos ojos
ni en esa boca tuya de piñón.
No sé qué es lo que me arrebola
en esa mirada tuya que enamora.
¿Será tu forma de ser?
¿Será tú mirada?
Sé que tengo preñada el alma
y me asfixian los recuerdos.
¿Serán de la niñez?
¿Será ese silencio tuyo?
que cuando siento la nostalgia
me hacen palidecer.
Eres tú esa mujer que llegó
y apareciste sin esperarlo.
Al verte venir el alma me latió
e inundo de fuego mi soñar.
Llegaste a mí en la distancia
de esa lejanía casi olvidada,
es un dulzor tan inmenso
que sin saber porque, ni tocarlo
me invade el alma.
Resucitan los recuerdos en mi
de algo como una aureola,
aleluyas de fondo se oyen
las esperanzas y los amores.
Es una alegría que irradia
como un canto celestial
apareciste entre las tinieblas
en la oscuridad del tiempo
Sigues latiendo como un reloj
perdido en mi persona,
dando vueltas y más vueltas
sin rumbo y oculta en la sombra.
Llegaste a mi alma vagando
y un corazón perdido en el espacio
y volviste a tocarme con tu alma
con la espera de un corazón helado.
Y siento un dolor profundo
clavado acá en mi costado,
Llegaste de la adolescencia
posando tus alas con dulzura
sobre mi pecho entristecido
y mi alma en bandolera.
De mi pecho desnudo y abierto
para quererte y amarte,
para abrazarte fuerte
y estrellarte contra mi pecho.
Pso. Villambró, 26, junio, 2021
Romero Salgado Pacha
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