Las Cuatro Estaciones:
(Otoño XXIV)
En homenaje a esa dulce niña.
de nuestro último reencuentro
(A Violeta)
Te quiero te quiero (Poema)
I
Ya corre agua el Arroyuelo.
Un murmullo se va escuchando,
te adoro, te quiero, te quiero.
Es cristalina el agua como la luz
y en ella veo reflejada tu mirada,
de niña embelesada que suspira,
de esos amores lejanos y pasajeros.
Tus ojos me miran desde dentro,
en ese espejo del agua que sonríe
y que no para de decirme al oído:
te quiero, te quiero, te quiero.
En esa mañana de sol templada.
lágrimas furtivas de mis ojos
salieron, bondadosas y agradecidas,
al recordar esos pasajes añorados,
de ese final del pasado invierno.
Recuerdos del pasado se agolpan,
no lejanos que ahora florecieron
en este otoño tibio que nos señala
la próxima estación del invierno.
II
Nos llega a los sentidos el clarinete,
el agua del arroyo corre suavemente
y en letanía va cantando alegremente:
te quiero, te quiero, te quiero.
acaricia las peñas apergia sus notas
susurrando una y otra vez repicando,
y nos volvemos a mirar en tus ojos,
cristalinos como un espejo.
Y aparece de nuevo tu imagen.
Un jilguero pasa bajo el cielo
y su trino nos trae los recuerdos
de unas querencias y sentires.
Nos quedamos fijos mirando,
cómo va cantando en su vuelo,
lleva en su pico una rosa roja
que parece cantar, sin parar.
¡Te quiero, te quiero
y te quiero!
Arroyuelo, 3 de noviembre de 2021.
Romero Salgado Pacha.
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