En la actualidad por esta senda se realiza una de las rutas más emblemáticas de la región asturiana. Su discurrir a media ladera del desfiladero, permite contemplar la intensa labor del agua sobre el sustrato rocoso. El resultado de esta acción es un relieve tremendamente abrupto, con altas paredes verticales y laderas de fuertes pendientes, todo remarcado por el contraste entre la blanca caliza y los distintos elementos vegetales.
Sólo el tramo final del recorrido se desarrolla en espacios abiertos, donde la orografía es menos escabrosa, aparecen pequeños núcleos rurales y la pradera es la componente dominante del paisaje.Oviedo, 1993
Ed. Principado de Asturias.
8 hojas.
Folleto
Ilustraciones en color
16x21 cms.
(B-242)
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