Los recuerdos perviven
Al cabo de un tiempo
y con el calor saliendo
de mañana temprano,
de uno de los veranos
de los cuarenta grados.
Y pasados algunos días,
volvemos por el sendero
los puentes de Madison,
o de muchos años atrás
parece que fue antaño.
Pero no, es de un tiempo
hace poco muy cercano
en los que los recuerdos
perviven asomando
a la memoria.
La nostalgia
de esos momentos felices
que regresa a la memoria
y llegan con toda lucidez
a los puentes cruzarlos.
La veredita adelante
se hace acogedora
por el pasto aplastado,
como alfombra tostada
que renace a cada paso.
Y regresa la nostalgia
de esos paseos cercanos,
de no muchos años,
desde la vez primera
de año y medio contados.
Por estos puentes surgió
el primer poema alado,
siguieron otros muchos
por estos puentes amados
cuando atravesábamos.
Para que la emoción
subiera al instante
al ver correr el agua
en el fragoso arroyuelo
muy cercano.
Observamos al pasar,
detrás de la alambrada
como las pasivas ovejas
nos miran con asombro
casi nos tienen olvidado.
Hace ya tanto tiempo
que no nos ven pasar
y en el haz de su mirada
encuentran la sorpresa
de volvernos a ver,
ahora como a un extraño.
Son elucubraciones
de un tiempo cercano,
surgen estas nostalgias
cuando por este sendero
al pasar de vez en cuando.
Es, quizás, esa tristeza
de recuerdos que emociona,
la que adorna el corazón,
no para que sufra,
al sentirse recordado.
y al sentirte reconocido
llore de alegría y emoción
Y no se olvida los versos
de esos sentimientos
de enamorado.
Simple es ese recuerdo
que regresa del pasado
y con cambios en la naturaleza
de nuestro ser de todo aquello
sentido, querido y amado.
Son esos cambios
que bifurcan el rumbo
el sentido de las cosas,
de la naturaleza
del destino las personas.
que acompañan al lado.
Nos acompañan
en ese recuerdo
tan entrañable
en el que siempre
hemos soñado.
No es para reír ni llorar
es para sentirse querido
como si fueran sueños
que en toda nuestra vida
hemos pasado.
Y esos sueños latentes
seguirán dentro de cada ser,
por el sendero pasando,
y volverán al recuerdo
como nosotros volvemos
los recuerdos al cruzarlos.
El sol cae sobre mí cabeza
sin ni siquiera avisarnos
que aquí se encuentra
empujando con sus rayos
incandescentes.
Buscaremos refugio
en cualquier rincón
que tenga sombra
o debajo de un árbol
que veamos al paso.
Y regresara lo vivido
y también lo soñado,
seguiremos viviendo
con los sueños que nacen
y hacen ser más felices
a los enamorados.
Y viviremos el destino
que nos haya otorgado
cuando esos recuerdos
vuelven y regresan
como si fuese el ayer
ese tiempo pasado.
Y no tan del pasado,
la nostalgia y la añoranza
surgirá en nuestro ser
haciendo que se ate
las sienes a la garganta...
... sintiendo ese nudo
que por los ojos
está llorando.
Cada día se hace más difícil
hacer el largo camino
de este sendero tan añorado,
los años van pasando
y la edad no es la de ahora.
Y no deja hacer tanto como queríamos,
pero sintiendo ese deseo y esa ilusión
los pies siempre nos llevarán arrastras
por este sendero tan querido y añorado,
...donde los sentimientos brotan
como el agua fresca y clara
del manantial más cercano.
Y el amor fluye a borbotones
de ese corazón tierno y no tan lejano
rememorando esos lindos poemas
tan dulces, tan lindos, tan alados,
que por el camino sembramos.
En el camino siempre las aves
con sus trinos nos acompañaron.
y de nombrarlo una y otra vez
es como vivirlo de nuevo
el estar siempre a tu lado.
Al lado del ser que quieres
y por motivos del destino
es difícil tenerte a mí lado.
Por eso cierro los ojos
es mejor que vivirlo
tanto o más soñarlo,
es como si fuera tan real
tan divino y tan humano.
Por eso yo quiero seguir
soñando siempre contigo
cuando por los puentes
cada vez que los cruce
yo voy pasando.
Y me imagino tenerte a mi lado
y, como no,
los poemas van saliendo ansiosos,
casi gritando a pecho descubierto
por el mucho tiempo
haberlos retenido tanto.
Montt, 24 de septiembre, 2024
Romero Salgado Pacha.
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