martes, 24 de septiembre de 2024

Poemario: "Los recuerdos perviven"




Con los recuerdos a flor de piel
recordándote con cariño.
(Para ti)

Los recuerdos perviven

Al cabo de un tiempo 
y con el calor saliendo 
de mañana temprano,
 de uno de los veranos 
de los cuarenta grados. 

Y pasados algunos días, 
volvemos por el sendero
 los puentes de Madison, 
o de muchos años atrás
parece que fue antaño.
 
 Pero no, es de un tiempo 
 hace poco muy cercano
 en los que los recuerdos
 perviven asomando
 a la memoria.

La nostalgia 
de esos momentos felices 
que regresa a la memoria 
y llegan con toda lucidez 
a los puentes cruzarlos. 

La veredita adelante 
se hace acogedora 
por el pasto aplastado,
 como alfombra tostada
que renace a cada paso. 

Y regresa la nostalgia 
de esos paseos cercanos, 
de no muchos años, 
desde la vez primera
de año y medio contados.
 
 Por estos puentes surgió
el primer poema alado,
siguieron otros muchos 
por estos puentes amados 
cuando atravesábamos.
 
Para que la emoción 
subiera al instante 
al ver correr el agua 
en el fragoso arroyuelo
 muy cercano. 

Observamos al pasar, 
detrás de la alambrada 
como las pasivas ovejas 
nos miran con asombro
casi nos tienen olvidado.

Hace ya tanto tiempo 
que no nos ven pasar 
y en el haz de su mirada 
encuentran la sorpresa 
de volvernos a ver, 
ahora como a un extraño.
 
Son elucubraciones
 de un tiempo cercano, 
 surgen estas nostalgias 
cuando por este sendero 
 al pasar de vez en cuando.

Es, quizás, esa tristeza 
de recuerdos que emociona,
 la que adorna el corazón, 
no para que sufra, 
al sentirse recordado.

y al sentirte reconocido 
llore de alegría y emoción
 Y no se olvida los versos 
de esos sentimientos
de enamorado.
 
Simple es ese recuerdo 
que regresa del pasado 
y con cambios en la naturaleza 
de nuestro ser de todo aquello 
sentido, querido y amado.

Son esos cambios 
que bifurcan el rumbo 
el sentido de las cosas, 
de la naturaleza 
del destino las personas.
 que acompañan al lado.

 Nos acompañan 
en ese recuerdo
 tan entrañable 
en el que siempre
 hemos soñado.

 No es para reír ni llorar
 es para sentirse querido
 como si fueran sueños 
que en toda nuestra vida
 hemos pasado.

Y esos sueños latentes 
seguirán dentro de cada ser,
  por el sendero pasando,
y volverán al recuerdo 
como nosotros volvemos
los recuerdos al cruzarlos. 

El sol cae sobre mí cabeza 
sin ni siquiera avisarnos
 que aquí se encuentra 
empujando con sus rayos
 incandescentes.

 Buscaremos refugio 
en cualquier rincón 
que tenga sombra 
o debajo de un árbol 
que veamos al paso. 

Y regresara lo vivido 
y también lo soñado, 
seguiremos viviendo 
con los sueños que nacen
y hacen ser más felices
a los enamorados.

 Y viviremos el destino 
que nos haya otorgado 
cuando esos recuerdos
 vuelven y regresan 
como si fuese el ayer
ese tiempo pasado.

Y no tan del pasado, 
la nostalgia y la añoranza 
surgirá en nuestro ser 
haciendo que se ate
 las sienes a la garganta...

... sintiendo ese nudo 
que por los ojos 
está llorando.

Cada día se hace más difícil 
hacer el largo camino 
de este sendero tan añorado, 
los años van pasando 
y la edad no es la de ahora.
 
Y no deja hacer tanto como queríamos,
 pero sintiendo ese deseo y esa ilusión
 los pies siempre nos llevarán arrastras
 por este sendero tan querido y añorado, 

...donde los sentimientos brotan 
como el agua fresca y clara 
del manantial más cercano.

Y el amor fluye a borbotones 
de ese corazón tierno y no tan lejano
 rememorando esos lindos poemas
tan dulces, tan lindos, tan alados,
que por el camino sembramos.

 En el camino siempre las aves 
con sus trinos nos acompañaron.
 y de nombrarlo una y otra vez
es como vivirlo de nuevo
 el estar siempre a tu lado.

 Al lado del ser que quieres 
y por motivos del destino 
es difícil tenerte a mí lado.

Por eso cierro los ojos 
es mejor que vivirlo 
tanto o más soñarlo, 
es como si fuera tan real 
tan divino y tan humano.  

Por eso yo quiero seguir 
soñando siempre contigo 
cuando por los puentes 
 cada vez que los cruce 
yo voy pasando.

Y me imagino tenerte a mi lado 
y, como no, 
los poemas van saliendo ansiosos,
 casi gritando a pecho descubierto
por el mucho tiempo 
haberlos retenido tanto.




Montt, 24 de septiembre, 2024
Romero Salgado Pacha.




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