Un día tan feliz,
la niebla se levantó temprano, trabajé en el jardín,
los colibríes se posaban en las madreselvas,
no había nada en el mundo que quisiera poseer.
No conocía a nadie digno de envidia,
cualquier mal que hubiera sufrido, estaba olvidado.
Pensar que una vez fui el mismo hombre,no me avergonzó,
no había dolor en mi cuerpo,
al levantar la cabeza, vi el mar azul y las velas.
(Czeslaw Milosz)
(Foto Internet) |
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