En un pueblecito de Badajoz, situado cerca de La Mancha, se encuentra una preciosa plaza que, a veces, los lugareños no llegan a valorar el considerable atractivo de la misma, quizás acostumbrados a verla todos los días, casi siempre igual...
Y, eso, quienes mejor lo reconocen son las personas que han emigrado y en el recuerdo y la añoranza cada pequeña insignificancia de su tierra, de su pueblo y de sus costumbres, tienen el sabor de lo bueno, de lo ejemplar, de la riqueza cultural... Y es que la distancia rompe moldes establecidos y enquistados en la monotonía del día a día...
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| Plaza de Siruela, 20 de abril, 2011. (Foto: Andrés E. Ruíz Ortega.) |
La plaza de Siruela es sencilla pero a la vez de una magnificencia especial y, si se quiere en su conjunto, algo de monumental señorío. Hay momentos que, depende de ese mismo instante que la estas viendo, la plaza se transforma y toma unas características o transparencias casi inusuales, un tanto desconocidas, llenas de prodigio. Se plasma la belleza con sentimientos, con el juego de luces que surgen de la fuente, del palacio y de la iglesia...
La oscuridad, el día que finalmente se ha marchado pero que aún queda un atisbo de luz al fondo, junto a la plaza que la trastoca y todo se enaltece , lo transforma en una melodía silenciosa improvisada, de gallardía innata ... Así es la plaza, hasta el suelo de la misma brilla y le da vida,... Toma esa misma vida propia en una tangible y palpable soledad....
Queremos agradecer la gentileza de Alejandro Delgado Recio, corresponsal del periódico "Hoy" y colaborador de otros medios de comunicación, el habernos facilitado esta pequeña joya de fotografía y que bien podría incluirse en cierto correo que circula por Internet, con el título de "Plazas de España".
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