Eugenio Frutos Cortés:
(Filósofo, escritor y poeta extremeño)
Nació en Guareña, Badajoz, el 8 de septiembre de 1903.
Falleció en Zaragoza, el 16 de octubre de 1979.
Fue un filósofo, profesor y poeta español, uno de los principales difusores del existencialismo en este país, pese a mantener una relación crítica con esta corriente. De niño vivió en su localidad natal. Entre los doce y los dieciocho años cursó el bachillerato en el Colegio de San José de la localidad de Don Benito, donde reveló su vocación intelectual y literaria estimulado por su mentor y amigo el crítico pacense Francisco Valdés.
En 1921 se trasladó a Madrid para estudiar Filosofía y Letras. En 1925 se licenció con Premio Extraordinario y comenzó a estudiar el Doctorado y a desarrollar su actividad docente como profesor de la Residencia de Estudiantes impartiendo cursos para extranjeros, entre quienes se encontraba Edward M. Wilson.
De salud delicada, tras una corta estancia en Pontevedra se estableció el primero de marzo de 1930 en Cáceres como catedrático de Filosofía del Instituto de Segunda Enseñanza de la ciudad. Allí inició su obra filosófica, asentada en una profunda formación escolástica y un sólido conocimiento de Ortega, Heidegger o Sartre; y su creación poética.
En 1941 se trasladó brevemente a Barcelona para ocupar la cátedra de Filosofía del Instituto Menéndez Pelayo, y el 27 de julio de 1942 se incorporó a la del Instituto Goya de Zaragoza. Seis años después obtuvo la cátedra de Fundamentos de Filosofía e Historia de los Sistemas Filosóficos de la Universidad de Zaragoza.
Su aportación filosófica, edificada sobre un profundo conocimiento de la escolástica, y del vitalismo y existencialismo del siglo XX, se centró en la antropología; el ser humano está, según Frutos, caracterizado por su capacidad para crear y para relacionarse, siendo esta última un nuevo trascendental.
Este enfoque constituye una de las primeras contribuciones extensas a la Antropología Filosófica en España. Debido a ello sus publicaciones también se enfocaron hacia la crítica literaria y la creación poética.
Como poeta, sus comienzos están inmersos en la estética de las vanguardias y el neopopularismo que caracterizó a la generación del 27; muchos de los poetas de este grupo fueron compañeros o amigos, como Dámaso Alonso, Pedro Salinas, Rafael Alberti, Gerardo Diego, Jorge Guillén o Federico García Lorca. Posteriormente se decantó hacia una poesía más clasicista de raigambre simbolista, de tono más humanista, enfoque filosófico y una constante preocupación por el paso del tiempo.
Su labor intelectual le granjeó un número no escaso de reconocimientos, entre los que se pueden citar: de la Comendador para la Lengua Española de la Sagrada Orden Militar Constantiniana de San Jorge, cruz de la Orden de Cisneros, Víctor de Plata del Sindicato Español Universitario, Encomienda de la Orden de Alfonso X el Sabio, entre otros.
Algunas de sus obras:
La Sociología Positivista de Augusto Comte,
La filosofía de Calderón en sus autos sacramentales,
Creación filosófica y creación poética, Barcelona,
Cómo conocer el propio carácter,
Antropología filosófica,
Ética elemental,
Teoría del conocimiento y Ontología,
Los sistemas filosóficos,
La convivencia humana,
La persona humana,
Historia de la Filosofía y de las Ciencias...
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