Las Cuatro Estaciones:
(Verano VII)
Poema dedicado:
A esa edad en la que aparece la niñez,
la adolescencia la edad madura y la vejez
y se transforma en niñez.
(A Violeta y Alonso)
Como dos niños:
Criatura del alma, mi ser divino.
Tu desventuras que yo adivino.
Eres como el sol de mediodía.
Irradia bondad, alegría y ternura.
¿Qué será de mí cuando tu me faltes?
¿Qué seré yo sin ti, allá distante de mí?
¡Será un erial ese camino mío errante!
¡Seré un ser perdido en el desierto!
Agua no ha de faltarme en el bolsillo.
Saciaré mi sed con el aliento de tu alma.
Te llamaré cuando camine por el espacio,
y cubriré de rosas por donde pisen tus pies.
Esperaré siempre a tus cuitas, a tu aliento,
de este caminante y triste desconsolado.
¡He de vivir con tus recuerdos eternamente!
¡He de morir en tus brazos de mucho amarte!
Yo y tú iremos, cogiditos de la mano,
como dos niños pequeños que sonríen.
y se miran y siguen sonriendo con la luz
de sus ojos y un beso a flor de sus labios.
Se acarician con la mano su carita con mimo,
tiernamente se besan en los labios y la frente.
La ternura que asoma de la niñez a esa vejez,
de la vida transida, de la pasada y la presente,
deja de ser para ellos vida de adultos
y transformado en la dos niños nacientes.
Camino de Almadén / Ermita, 28 de julio de 2021.
Romero Salgado Pacha.
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