Las Cuatro Estaciones:
(Invierno LXVI)
El silencio (III) (Poema)
XVI
Eres el don que ha surgido
en el silencio de mi vida.
Eres la caricia suave
que roza mi piel en silencio.
Eres la luz que me ilumina,
abre los poros de mi corazón,
sin yo darme cuenta,
porque has llegado en silencio.
Eres el soplo que nace
de un amor embrujado
caído del cielo calladamente
con el susurro del viento.
Y has entrado dentro de mí,
has empujado sin decir nada
sin pedir permiso
con el frágil rumor del silencio.
XVII
No te he escuchado
llegabas acompañada
de ese silencio que no he visto
y que me ha sorprendido.
Y ha surgido dentro de mi
un dulcísimo sopor
surgido de tú aliento
de quereres hambrientos.
Es ese silencio que escucha
pero no dice nada
sólo sonríe dentro de mi
como una luz encendida.
Y me dice en silencio
imperceptiblemente
amor, mi amor, te quiero,
te quiero, te quiero, te quiero.
XVIII
Ese silencio que se apaga
con el silencio del trueno.
y estalla la tormenta
y se despierta el silencio.
Veo llorando al silencio
es que está dolorido
Siente cuando ve sufrir
a su amor desdichado.
Cuando la angustia le sube
y asoma a su garganta
y parece implorar el silencio
en un abismo oscuro y ciego.
Quiere gritar y no puede
la angustia se apodera de él
calladamente, sin remedio
y cierra los ojos dulcemente.
XIX
Un sollozo profundo se oye
que exhala el silencio,
la pena se ha desbordado
y corre sin aliento.
Una lluvia de lágrimas
que corre en un río seco
para que se duerma mi amor
y en el acto quede en silencio.
Duérmete mi dulce amor
que yo te quiero.
Mírame a los ojos para ver
que te sonríe el silencio.
Bésame en los labios
y abrázame fuerte
y dime cuánto me quieres
y te diré cuánto te quiero.
XX
Y nos quedaremos dormidos
como dos niños pequeños
cantando el mucho cariño
de ese amor verdadero.
Siempre el silencio presente
qué bonito es el silencio
el silencio cuando calla,
el silencio cundo no dice nada.
El silencio cuando se ahoga
en la profunda garganta.
por eso se llama el silencio
y nos enmudece el alma.
Nos cobija la pena que tenemos
cuando siempre tenemos
cuando nos llama
y cuando responder no podemos.
XXI
Yo estoy solo, en silencio
y me pregunto,
¿Dónde está la palabra?
la palabra que no entiendo.
Descansaré para que el silencio
me ayude a decirle mañana
y me hable
y que le espero.
Eres el silencio de mi vida
qué pena cuando se apaga
y que dicha cuando lo siento
Le pondré música si quiero.
Qué bonito el silencio, ¿verdad?
cuando estás cansada
y reposas tu cabeza en mi pecho
y te canto una nana.
XXII
Y sentirás contra mi pecho
el latir del tuyo en silencio.
nunca estarás sola
porque así los dos soñemos.
Yo te abrazar fuerte, te abrazo,
y te besaré dulcemente
y susurrarte al oído mis latidos
que en silencio están tañando.
Cojo tú barbilla y te miro
y besaré tus labios
cuando se haga el silencio
y estés junto a mi lado.
Tan suave que sólo sentirás
un leve roce imperceptible,
una sensación de eterna felicidad,
felicidad que embriagará todo tú cuerpo.
XXIII
Te veo reflejada en mis ojos,
quieta, como embrujada
como si así estuvieras tanto tiempo.
Mi dulce amor te quiero.
Necesito de tus caricias,
me hacen falta tus mimos,
necesito que me arrullaras,
totalmente en silencio.
Yo te necesito toda mía
y poder apagar este fuego
que me arde por fuera y por dentro
y en silencio decirte cuánto te quiero.
Tú serás mi calma y mi paz
que apague en mi ese fuego
dámelo, que lo necesito
dámelo que te quiero.
XXIV
Quisiera abrazarte en silencio
y notar tu cuerpo contra el mío
y beber de ese elixir
como si fuera un veneno.
Aplacar mis ansias locas
y morirme en silencio
con lágrimas en los ojos
del puro amor que te tengo.
Deseo tanto de ti, tanto, tanto
que contar ya no sé ni puedo
y contando y contando
las cuentas las voy perdiendo.
Dime que te pasa mi tesoro
que te veo y no te encuentro
ha borrado tus pasos el camino
de ese repentino silencio.
XXV
No sé qué regalarte mi niña
no sé qué decirte mi amor
yo tengo un tesoro que eres tú
pero me duele el silencio.
Un silencio que me hace falta
y al que tanto quiero
dame un beso en la cara
yo te lo doy en tus labios.
Yo te beso en la frente
y por tus ojos me adentro
tómame que yo te tengo
háblame que yo me callo
No escuchas ese silbido
que se cuela por la mente
no puedo atraparlo,
es el que ha llegado...
...quedarse para siempre,
el silencio.
Verarzá, 24 de febrero de 2022
Romero Salgado Pacha
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