lunes, 28 de febrero de 2022

Romancero: "La dama es nuevamente hecha prisionera" (IV)

El Altozano (IV)




La dama es nuevamente hecha prisionera (IV)


Mi querida dama cautiva
tu serás la reina del desierto
cuando te corone como princesa
propuesta para mi reino.
y habremos de celebrar
fiestas y honores como reina.

Al acto fueron contratados
sinfines de bailarinas
de bufones que alegraron
a todos los comilones
que, con ansias, con el festín 
de la carne se cebaron.

Príncipes, condes y caballeros
al convite fueron invitados
Caballeros de la Mesa Redonda 
y Caballeros de la Mesa Cuadrada
unos y otros con sus vestimentas 
de lujo bien ataviados.

A la dama le colmaron de regalos
alabanzas y muchos parabienes

pero el Caballero de la mesa Cuadrada, 
el más empecinado guerrero
 el que a la dama cautiva protege 
y de la que más está enamorado.

Ese día montones de pretendientes
a la princesa la veneraron 
con numerosos agasajos todos a una
la aclamaron
y con un te quiero, te quiero,
en silencio le suspiraron.

Pero en un arrebato del caballero
de las filas se desprende con brío,
con gallardía y elegancia sublime,
es el Caballero de la Mesa Cuadrada
que quiere proteger a la dama cautiva
de las lascivas miradas.

Todos enamorados están
no solo de la dama cautiva
también de las damas de honor
que la escoltaban altivas
todas tan hermosas, tan dinámicas
con esa provocación que irradian.

Y con las mirada parecen decir,
te quiero, te quiero
y el Caballero todo erguido
en su caballo alazán parece reptar
con la mirada seductiva a su dama
dispuesto como buen guerrero.

- Yo como tú buen guerrero que soy,
con espada en ristre te defenderé
a sangre y fuego y te defenderé
a capa y espada, si ha lugar hacerlo.

El Caballero de la Mesa Cuadrada,
va con la mirada puesta con mucho celo
ver a su amada que no le quita ojo.

- Y sólo serás reina para este caballero
que te idolatra y batiré el cobre
en cualquier momento. Y lucharé 
con mis huestes por otras tierras
por esos fiordos noruegos
batiendo enemigos que huyen
bajo mi espada de fuego.

- Y triunfaré como en un circo,
montado en mi caballo tordo,
el de más confianza 
que en mis cuadras yo tengo.

Con estas palabras ha salido
a la palestra el Caballero
y unos aleluyas, aleluyas de elogios
se oyeron gritar allá en el fondo.
Así resuenan algunas voces:

- Cada uno con la suya
con su espada y con su dama.
Ya se le ve risueño al leal caballero
que a su dama ha montado 
en su grupa de su caballo
que va bien engalanado.

Y con orgullo se dirige recto
erguido a su real palacio.
y cabalgando por la orilla de la playa
a su dama le da un acogedor paseo.

Pero antes de llegar a su morada
ha sido abordado por un grupo
de desconocidos guerreros.
han herido al Caballero que malherido
quedo en el suelo
y con los cuatro moros bandidos
en la oscuridad del bosque huyeron.




Calvario, 25 de febrero de 2022
Romero Salgado Pacha,




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