Hay momentos estelares en la vida con una limpieza de claridad que imanta las imágenes que uno tiene el placer de contemplar, es una impresión, a veces, difícil de explicar, esta es una de ellas, como otras tantas. Y surge esa vistosidad, ese recuerdo y esa viveza que desprenden cuando depositas la mirada, precisamente por los años transcurridos y de esta hace exactamente 35 años, en esta precisa imagen. Y también da lugar a decir lo que antes no se dijo, por eso mismo, porque esos recuerdos en la memoria se reavivan y aparecen otros, para que, en este caso, plasmarlos de nuevo en la misma versión, pero con distintas frases.
Pero ahí quedó plasmado ese momento para la posteridad, una instantánea irrepetible como todo en la vida que pasa pero ya no ha de volver ese instante nunca jamás. En esta fotografía nos falta un miembro de la misma, que desgraciadamente se nos fue. Se marchó por culpa de ese virus al que no pudo hacer frente. Y esa es la tristeza que más sentimiento nos ha dejado. Sirva como recuerdo para este buen amigo que se fue y ya nunca volverá.
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