Toma mi alma
Se le va el alma
al mencionar el baile,
regresan los recuerdos
de la hermosa noche
que los dos bailaran.
Son unos recuerdos
dulces y tan mágicos
grabados en el alma.
Él no se cansaría
de decirla y decirle
cuánto te quiero,
cuánto la amaba.
Pasan tres horas
y la noche está echada,
son cerca de la doce
y llega la madrugada.
Él vuelve a preguntarle
ya que tras una frase
y ella sin decir nada.
Calvario, 2, nov. 2024
Romero Salgado Pacha
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