Ya por las noches hacía un tanto fresquito. El único bar que existía en el centro de la calle mayor, estaba habilitado, igualmente, para bailar., Al fin y al cabo también se empleaba para abrigarnos un poco del frescor que conforme avanzaba la noche caía de la sierra. Recordamos al amigo José Cabello, de Siruela, vecino de Sancti-Spíritus, ya que se había casado con una piteña. Esos buenos ratos charlando y compartiendo esos festivos momentos... Hace unos años que el amigo José nos dejó para siempre, pero nosotros le guardamos en la memoria y le seguiremos recordando...
Pero El Pito, como todos los pueblos, ha mejorado sustancialmente, ya no solo tiene un bar sino que existe hasta una residencia de ancianos, llevada, por cierto, por unas chicas, familiares ellas, que son naturales del cercano pueblo de Siruela... Y decir que siempre fue una amistad envidiable la de estos dos pueblos, Tal vez contrario a otros... Se solía decir, que algunos pueblos cercanos, casi siempre, se han llevado con tirantez, o cierta envidia... Dudamos un tanto de ello, pues esto no dejaban de ser pequeñas rencillas de chavales..
Pues eso, Felices fiestas a todos los piteños y bien que nos habría gustado volver en estas fechas al lugar y rememorar con más intensidad aquéllos años de más perseverante y antaña juventud...
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