Ataúlfo Casado:
(Pintor español)
Nace en Madrid en 1949.
Ingresa en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando en Madrid en 1966.
Con 17 años se convirtió en el copista más joven del Museo Nacional del Prado. Sin embargo, en el mejor momento de su carrera, una enfermedad degenerativa le dejó completamente ciego. Hoy le conocen como: El Pintor de los Ojos Vivos.
»Me quedé ciego y dejé de pintar. Pasaron los años. Una tarde de octubre estaba reflexionando y me pregunté: ¿Qué podría yo pintar? En ese momento aparecieron un montón de escenas.»
¿Te imaginas pintar un cuadro con una venda en los ojos? Pues esto es lo que hace Ataúlfo. Desde que se quedó ciego, ha pintado más de 70 cuadros sin ver nada. Sus cuadros son los recuerdos que guarda en su memoria. Él los plasma a ciegas, en acrílico.
Pintar desde el recuerdo. La obra de Ataúlfo, después de que la retinosis pigmentaría le cambiara la vida, comprende 7 series de cuadros: Amaneceres, Atardeceres, La intemporalidad de tiempo, Paredes, Floresta, Soledades y Mares. Si bien antes era capaz de replicar los cuadros de los grandes artistas del Museo Nacional del Prado, su actual obra no deja de impresionar la vista y sobrecoger el alma de quien observa los colores, paisajes y formas que nacen de la mano de un pintor ciego. Echa un vistazo y déjate fascinar por su obra.
La intuición es su mejor aliado: «cuando intuyo que una pincelada más podría estropearlo todo es cuando doy por finalizada mi obra», confiesa. También explica que solo puede estar pintando alrededor de una hora y media como máximo debido a su salud, por lo que intenta finalizar su cuadro en ese escaso tiempo, también porque es la duración exacta que el recuerdo puede mantenerse en su mente. En cuanto a su predilección por algún color, Ata responde contundente: el rojo. «Es el color que representa el amor, y el amor en la vida es vital. El amor es el motor de la vida, el porqué de vivir», concluye el protagonista
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