Las Cuatros Estaciones:
(verano XXVI)
A quien corresponda
(A: Violeta)
Corazón herido (Poema)
He sentido dolorido el corazón,
de unos pinchazos del pasado,
de una triste tristeza que embarga
mi alma de un antiguo amor.
Sentimientos que adolecen el alma
de un desconsolado desterrado.
Sostuve una coraza en mi pecho,
para no dejar escapar lo que por ti siento.
Pero sufro y sigo padeciendo
los flechazos que traspasan mi alma.
Siento nacer en mi un manantial
de agua fresca para dar de beber tus senos.
Y sueño estar abrazado a ti como un niño,
tomando de su madre el pecho.
Veo pasar el destino y me pongo a charlar,
con él, del tiempo que hemos vivido.
Del tiempo pasado, del presente, futuro
el destino sólo actúa, no sabe del tiempo.
No dice nada, me deja absorto
y silenciosamente sigue su camino.
Al mirarme al espejo, me pregunto,
¿Quién eres tú?, ¿Quién soy yo?
y ¿Quién es el destino?
Un trío de difícil coyuntura.
II
Pero, yo sigo sintiendo esa espinita,
clavada dentro de mi
sin poderla sacar de mi pecho,
con el espíritu en el alma herido.
Largo y fatigoso se hace el caminar,
sin poder tener lo amado ni lo querido.
En mi corazón flota ese recuerdo,
vehemente, lejano, muy lejano.
Que me llama, que me dice cosas,
y que no comprendo nada,
deben de ser imaginaciones mías,
o recuerdos de mis antepasados.
Hoy ha sido el recorrido más largo,
hasta el Arroyuelo hemos llegado
y en el caminar a intervalos,
este poema sin quererlo ha aparecido.
Y por los Puentes de Madison
voy pasando con esa tristeza en el alma
que me muerde el corazón a dentelladas,
sin saberlo, sin quererlo, sin esperarlo.
Y seguiré latiendo y suspirando,
en un vaivén de convulsiones,
de dolor, angustias y llantos.
mientras tanto al destino
yo le seguiré esperando.
Los puentes de Madison
Romero Salgado Pacha
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