Las Cuatro Estaciones:
(Otoño LXXII)
Poemas dedicados:
(A quien corresponda)
¡Ay, mi amor! (Poema)
I
Es cierto amor, mi amor,
mi adoración, mi vida eterna.
Tú me has dado días de placer,
de ese amor que siempre está oculto
nadie lo echa fuera.
Nadie se atreve a expresarlo
como si de un pecado fuera.
Tú, no te lo guardas, me ofreces
una ofrenda olorosa y tierna,
en tus manos de ellas llenas.
Y soplas para empujarlo
como una bendita ofrenda.
y me hace herida en el corazón
cuando me traspasa la flecha,
la flecha de cupido, del amor.
Y quisiera, yo tanto quisiera,
quisiera todo tu ser, toda tu vida
que me entrara sin pedir permiso
por mi cuerpo, ¿por dónde?
y me hicieras lo que quisieras.
Yo lo quiero todo, todo tu amor,
todo lo que siento también por ella,
pero si no ha de ser así
¿Cómo quieres que fuera?
¿Puede que cuando yo me muera?
II
Y moriré pensando en ti y en ella.
No puedo evitarlo ¡no!
es como una sensación nueva.
que me estalla el corazón,
de sufrimiento y de pena.
¡No!, no lo quiero todo para mí,
o ¿sí, es por lo que lo quiera?
Es un sentimiento que me rompe,
y me une por dentro que me quema,
me abrasa, me muerde, me atraviesa.
No puedo renegar de ti, aunque quiera,
Ni tampoco puedo renegar de ella.
aunque yo por mucho lo intentara,
una situación muy difícil tengo
y no puedo evitarlo, aunque quisiera.
Hay tantos amores en la vida rotos,
todos los seres que hay sobre la tierra.
¿Cómo equilibrar este mundo
tal cómo uno a su imagen quisiera?
¿Qué he de hacer yo con lo que me pides?
¿Qué ha de pasar si lo hiciera?
yo lo quiero todo, ¡sí!
no a cualquier precio ni antojos,
y aún por mucho que yo quisiera.
Nunca ha de ser así ni por la fuerza.
III
Prefiero el aborrecimiento y el olvido
antes de hacer una acción traicionera,
y dejarme solo hasta que me muera.
¡Cuánto dolor hay dentro de mi!
¡Cuánto el dolor de mi alma!
¡Cuánto amor hay dentro de mi
dártelo está en mi si tu quisieras!
No necesito que tú me lo des
sólo dártelo yo quisiera,
sin nada a cambio que me pidieras.
Solo con hacerte a ti feliz,
sólo con ello yo lo fuera.
No puedo traicionar mis principios
por mucho que yo y tu quisieras,
pero si sacrificios que falta hicieran.
Perdóname mi vida, perdona,
a este ser tan afligido,
que de puntillas va por la tierra.
Recoge lo que quieras de mi
todo eso que a ti feliz te hiciera.
Y olvídame si tú quieres, eternamente,
yo estaré siempre a tu lado
allí en el cielo o aquí en la tierra.
Te quiero, te quiero tanto
como tus deseos quisieran.
Santobastián, 18 de diciembre de 2021.
Romero Salgado Pacha.
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