Las Cuatro Estaciones:
(Otoño XX)
Para esa flor que me alegra cada día,
me hace revivir mi vida
y hace más llevadera mi existencia.
(Para Violeta)
Quédate conmigo (Poema)
Siento por mi recorrer tu sonrisa,
que irradia todo mi ser como un halo.
igual que una corriente de agua,
de ese manantial que sale de tu boca.
Es como el frescor de la primavera
siendo ahora el otoño, es de extrañar.
Es la tibieza de su sangre que me riega
que me recorre junto con la mía.
Un escalofrío recorre por mi cuerpo,
cuando llega a mí y me imanta.
Es el viento que hace enrojecer,
es como el llanto que me ciega.
Son latidos de querencias,
presentes y a la vez lejanos,
que nos parten el corazón
de pasiones ilusas y casquivanas.
II
¿Tú sientes lo que siento yo
ese ligero trote de mi corazón?
¿Es esa la razón de este existir,
que me aviva y envenena la razón?
Por las tardes te quería
y por las noches te soñaba.
¡Mírame frente a frente ver
ese fervor que tienen tus ojos!
¡Te entregaré mi alma sin reservas!
¿Tú crees que solo son ilusiones
todo lo que siento por ti?
¿No ves que te quiero y te adoro?
Mis anhelos me atormentan,
y el dolor me aprisiona fuertemente
y todo mi ser se me escapa
adentrándose en tu corazón.
III
Será ese don divino que aparece
cada anoche en mis sueños.
Es un corazón que he dibujado,
cuando pienso mirando al cielo.
Eres tú la que me has sonreído
te he escuchado ese tímido,
olor a rosas, nardos y jazmines
que dando muy dentro de mí.
¿Escucha el viento cuando habla,
cuando duermes y estás soñando?
¡Son los latidos de mi corazón,
que el viento te está llevando!
¡Escucha el susurro que te llega,
cuando en el oído te acaricia!
Es mi voz que el viento te lleva.
y triste y dolorosamente te llama.
IV
¡Mírame las manos como me laten,
cuando con las tuyas entrelazo!
¡Ábreme tu pecho y acógeme,
que mi espíritu ha llegado!
¡Abrázame fuerte en tu pecho!
fuerte, muy fuerte para que mí,
mi amor no se escape corriendo!
y siempre quedaré unido a tu cuerpo.
¡En cada suspiro de tu boca,
en cada latir de tu pecho
y en cada aliento de tu alma,
quedaré para siempre prisionero!
¡Dejaré contigo el llanto correr,
en ese abrazo de desconsuelo
y moriré feliz contigo abrazado.
hundido mi cabeza en tus senos!
V
¡Y te estaré esperando en una nube,
la más cerca que haya del cielo,
para subir los dos muy juntitos,
a lo más alto del firmamento!
Pero para eso habrá tiempo de sobra
reinemos la vida ahora en la tierra.
y en ella feliz estaremos eternamente
todo el tiempo que juntos aguatemos.
Tampoco es tiempo de lloros,
ni de tristezas ni lluvias plañideras,
que a los ojos suelen asomar
Es tiempo de alegrar el corazón,
es lo que queremos y nos queda.
Y mirémonos al espejo los dos,
duplicando nuestra existencia,
en este estado de embriaguez
que nos embarga de nostalgias,
de sentimientos y querencias.
Los puentes de Madison, 26 de septiembre de 2021.
Alonso Salgado Pacha.
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