Siempre tu mirada
Con esa mirada tuya,
más que con los ojos
que la sustenta tu cara
la pregunto con la mía
pero no me dice nada.
Porque eran tus ojos
los que me arrancaban
decirte lo que te decía,
era esa mirada tuya
la que me empujaba.
La que me llamaba
no podía negarle nada,
la que me acariciaba
con esa mirada tuya
a la mía atravesaba.
En el final de tu mirada
quise verte más cercana,
aunque por la distancia
que nos separa a los dos
yo no podía tocarla.
Tocarla, si, tocarla
con la mía que quería
salir volando tras de ella,
tenerla muy cerca
y la tuya alcanzarla,
Que nunca se esfumara,
para que siguiera pura
y que no se perdiera,
que a los míos amara
no a otra que se cruzara.
Montt, 20, octubre, 2024
Romero Salgado Pacha
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