Súplica al cielo
Pues sí, aquí me tienes
siempre expectante
a que tú me digas algo
y se me quiten esas penas
que me inundan el alma.
Sí, cuando me hablas
se me abre el cielo
y se me olvida todo.
Me quita ese amargor
que estoy sintiendo
cuando tu me faltas.
Ese querer tan dulzón
con el que este te abraza,
aunque sea con calores
de mi cuerpo con el tuyo
darle un baño quisiera.
Para retener la sensación
de que es real lo que me pasa.
Sentir el latido de tu corazón
que, junto al mío, los dos
amándose están.
Ambos se quieren tanto,
con pasión indescriptible
que a cada instante
los sentidos les tienen
los embargados.
Hasta cuando tú quieras
desde las estrellas
te estaré esperando
siempre.
Montt, 14 de octubre, 2024
Romero Salgado Pacha
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