La iglesia de
San Nicolas.
Aparcamos en una calle de la ciudad, muy
cerca del Parador Nacional. Desde hace un año Plasencia estrena Parador en un
antiguo convento. En la entrada una placa conmemorativa reza que se inauguró
dicho Parador siendo ministro Rodrigo Rato.
La iglesia de San Nicolás se encuentra
cerca, casi mirándose de frente con el Parador. vemos a mucha gente en la
puerta, intuimos que hay boda, ocasión propicia, comenta Pepe, para visitarla
ya que después de celebrarse esta parroquia será cerrada. Al entrar vemos que
solo quedan en el altar los novios y un grupo reducido de invitados.
Se acerca a nosotros un joven muy apuesto
que habla muy deprisa y con suficiente conocimiento de lo que nos dice, al
final podemos enterarnos de que se trata del sacristán. En pocos minutos nos
“empapa” de todo lo relacionado con “su” iglesia parroquial y nos ruega que
visitemos el Parador.
- ¿Ustedes han venido a la boda? –nos
pregunta repentinamente al poco de estar hablando.
- ¡No! – contestamos.
- Miren, han llegado en un mal momento,
pero… ¡Vengan, vengan! Tengo que apagar estas luces. –prosigue hablando mientras
que va apagando luces que un segundo ante había dado para decirnos…
- Ya no puedo atenderles más, el tiempo
apremia y no tengo más remedio que cerrar ya. El Parador sí que pueden entrar a
verlo, pues como en todos los paradores solo dejan entrar hasta la cafetería,
pero como está alojada la barra situada al final de un largo pasillo, podrán
contemplar buena parte del mismo. –y sin más se despide respetuosamente de
nosotros.
- ¡Vaya Sacristán! Pocos plantones como
este de los que saben y quieren a su ciudad, harían de ella una prodigiosidad.
–comenta Pepe con ironía.
Plasencia,
mayo de 2000.
Alonso
Pallares
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