Cuacos.
Seguimos nuestro periplo en visitar la zona con nuestros amigos Pepe y María Ángeles. Antes de regresar a Jarandilla nos daría tiempo para detenernos durante una hora en Cuacos de la Vera (o Cuacos de Yuste, como comúnmente se le llama)
Luego más tarde, cuando terminamos de visitar esta localidad saldremos ya con algunas sombras que anunciaban la llegada de la noche.
Tiene esta localidad una preciosa plaza rectangular en la que destacan sus originales soportales, de saliente a poniente y al mediodía. Las columnas son de estilo dórico. En la parte alta y al norte hay una hilera de viviendas, todas ellas perfectamente restauradas. Esta plaza lleva el nombre de plaza de Juan de Austria.
Donde se forma el ángulo agudo y acaban los soportales se encuentra el Ayuntamiento, en el extremo final de ella hay un bar que tiene las mesas ocupadas. Nuestra intención es tomarnos un café y comernos las rosquillas, canelones y otras variedades de dulces que Marian y Mamen compraron en Plasencia. Frente, haciendo esquina, se halla el Hogar del Pensionista, que al respecto se encuentra algo desangelado, pero tiene mesas para sentarse. El bar ocupa el centro del vestíbulo, formando un rectángulo dibujado por la barra del mismo. Curioseando observamos un mapa de la Comunidad de Extremadura que cuelga de la pared, en el que se puede distinguir los valles y montañas bien identificables en su relieve.
La parte norte de la plaza conserva algunas casas restauradas, otras necesitan urgentemente un “milagro” para complementarse como las que hay en la zona, como esperen que corra más el tiempo ya no tendrán salvación posible, la madera que la sustenta parece imposible que soporte mucho a ese balcón que nos ocupa la mirada.
En el centro de la plaza hay una pequeña fuente redonda y adornada con cuatro olivos artificiales hechos de granito.
Subimos por la calle de Magdalena de Ulloa, nombre dedicado a la mujer que fuera la encargada del cuidado de Juan de Austria. Fue el propio Carlos V en quien confió el secreto a su secretario y solo lo sabían los dos y nadie más El secretario lo puso entonces en manos de su esposa, sin darle explicaciones, para que lo cuidara como si fuera su propio hijo. La mujer tomó conciencia de lo que le había pedido su marido y solo se preocupó desde entonces del pequeño, quizás sospechando que fuera un “desliz” de su marido, ni se le ocurrió tratar de averiguar nada. Lo que sí intuyó era lo importantísimo que era aquel niño, que con tanto celo y secretismo se le habían confiado. Cuando ya mayor, Juan de Austria regresaba de alguna batalla y lo primero que hacía era visitar a la que siempre consideró su madre.
Al final de la calle nos encontramos con una enorme roca. En la parte posterior se ha habilitado, en una plazoleta, unos graderíos para el público y un escenario, este quedaba ubicado en la misma roca y entre dos casas pequeñas construidas al amparo de la piedra, condición para ser utilizado como vestuario para los artistas.
Cuacos tiene una población en la actualidad poco más de unos 800 habitantes, llamándoles cuacareños. Es la capital administrativa de la mancomunidad de La Vera. Es zona de producción del pimentón con denominación de origen conocido como Pimentón de La Vera, también se produce cereza, tabaco, ciruela y queso de cabra y de oveja.
Cementerio alemán:
Fuera del recinto histórico y entre Cuacos y el Monasterio de Yuste se encuentra el Cementerio Alemán que podemos distinguir desde la carretera, ya que se encuentra junto a esta. Por este lugar hemos pasado siempre en las dos o tres ocasiones que hemos venido a Cuacos. A este cementerio fueron trasladados los restos mortales de los combatientes alemanes de la Primera y Segunda Guerra Mundial que llegaron a las costas y tierras españolas debido a naufragios, accidentes o al derribo de sus aviones.
Entre sus personajes destaca el ilustre científico Delfín Hernández Hernández, por su labor en el campo de la medicina. Fue Medalla de Extremadura en 2012. La patrona de Cuacos es la Virgen de la Soledad que se encuentra en la ermita de La Soledad donde se celebra la romería a primeros de abril y su patrón de los monjes que se ocupan del Monasterio de Yuste, San Jerónimo.
El fin de semana con el puente incluido nos iba a resultar de unos días gozosos de bienestar, de turismo y un poco de relax, pero la dichosa muela lo estropeó todo. Mucho que lo sentimos tanto nosotros como Pepe y María Ángeles.
Cuacos, 2 de mayo de 2000
Alonso Pallares
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