Bibliografía de José Iglesias Benítez: "La voz de la ceniza" (Reseña)

 Libro de poemas dedicado

 La voz de la ceniza (1973-2004)

Autor:

Pablo Jiménez García

Madrid, 2004

Ed. Beturia.

Solapa.

Pablo Jiménez García (Reseña bio-bibliográfica y crítica)

Autor.

José Iglesias Benítez.

Nació en Navalmoral de la Mata (1943), estudió Humanidades, Filosofía, Solfeo y Piano... pero todo eso que importa. Es extremeño, se siente muy extremeño, está bien decirlo en esta colección de autores extremeños, pero eso que importa: la verdadera patria de un poeta es la palabra y Pablo se refugia una y otra vez en la palabra, en la música de la palabra y en los terribles desvalimientos de la palabra. 

Es poeta publicado y laureado: La luz bajo el celemín (1978), Cáceres o la piedra y otras soledades (1981), Descripción de un paisaje, Premio Ciudad de Badajoz (1982), El hombre me concierne, Premio Rodrigo de Cota de la ciudad de Toledo (1985) y Destiempos y moradas, Premio Ciudad de Irún, (1986).

Pero Pablo Jiménez llevaba un tiempo excesivamente largo sin publicar y alejado de los círculos y cenáculos literarios y su nombre estaba siendo injustamente olvidado. Tenemos que volver a airearlo porque su poesía es poesía necesaria, vital, esencial y existencial y no podemos permitirnos que nuestras voces más claras, más auténticas y firmes se pierdan en el vacío. Utilizando la metáfora evangélica que da título a uno de sus libros, no se enciende la luz para ponerla bajo el celemín, y hay mucha luz en los versos de este poeta, así que coloquemos los versos en el candelero para que nos iluminen a todos. Aunque nos haga daño, a veces, lo que veamos.

Con La voz de la ceniza, vuelve la letra impresa y nos entrega una colección de poemas que abarcan tres décadas de poesía, de una poesía fundamental, introspectiva, con un lirismo desolado a veces, terriblemente lúcido siempre.

No es fácil encontrar asideros en la vida. Pablo se aferra a sus versos y a su música y nos facilita esos asideros a todos y nos vuelve un poco más profundos, y un poco más humanos. Pablo, hombre-pájaro, jilguero en su interior, nos canta -y nos encanta con su trino- desde el fondo oscuro de su cárcel de carne y sangre, de hueso y corazón que, al fin y al cabo, es la jaula oscura donde todos nos movemos buscando una salida sin encontrarla nunca. El poeta, este poeta, si no nos ofrece el camino, sí al menos nos ofrece la sinceridad de la palabra que es una senda de luz. Y la solidaridad, la proximidad, como salvación. No es mala la receta.

                                                                                                                                    José Iglesias Benítez

(BE-2116)