Poema dedicado:
Para:
Alejandro García Galán.
Del poemario:
"En esta lenta soledad del día"
Madrid, 1988.
Ed. Beturia.
Página, 43.
Autor:
José Iglesias Benítez.
Cada tarde.
Se me asoman cada tarde las palabras a los ojos:
Me desnudo en el verso. Me confieso
opacamente solo,
porque vuelan cada tarde mil palomas de mis ojos
dejándome por alma un agujero
desamparado y hondo.
Cada tarde se me vierte toda la sangre en los ojos.
Me vierto en cada verso. Me declaro
terriblemente roto,
porque escapa cada tarde mi corazón por los ojos
y deja en su lugar un viento anciano
de agonizante otoño.
Se me sale cada tarde toda la vida a los ojos.
Agonizo en cada verso. Me desgarro
delante de vosotros,
porque azota cada tarde marga lluvia mis ojos
sacándome del alma un tiempo largo
de desgarrado asombro.
Cada tarde un fuego agreste me va abrasando los ojos.
Me incendio en la palabra. Purifico
mi vida entre vosotros.
Abro mi corazón en cuanto escribo.
Al verso me abandono.
Y me asoman cada tarde las palabras a los ojos.
(BE-1819)
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