Poema dedicado:
Con todo cariño para ese alma violeta :
Pili Álvarez Bravo.
Rosal de la Picaza.
En el pilar de la Picaza,
una niña se lavó su cara,
del calor de la primavera
un día hermoso de abril.
Es diosa que acaricia el sol
en la quietud serena de la tarde.
Es día de gracias, de sueños,
de matices, esas esperanzas.
Ella deslumbra por su belleza
y las mismas rosas le envidian,
de un cercano rosal celoso.
El rosal quedó relegado, marchito
Otro día más de ensueños,
otro día más de pena y dolor,
del arrullo de la nostalgia, de
dicha que embarga el corazón.
Cierro los ojos para poder mirarte,
y tocar tu imagen dentro de mi,
pero tengo miedo que te me vayas,
y que dejes el nido del elixir
II
¡Ven!, ¡Acércate! Dame tu mano,
¡Dame tu cuerpo, dame tus sueños!
¿Dime? ¿Quién eres? No te conozco
He perdido el rumbo de mi vida.
He perdido los sentidos del mundo,
de hace mucho, de hace muchos años
Sueños perdidos en este laberinto,
entre el agua fresca y las rosas rojas.
Y te veo, ¡Sí! ¿Eres tú?
quiero recordarte, entre sueños volátiles.
Ya veo la luz lejana de tu mirada
que me ciega los pensamientos.
¿Eres tu?, ¿La que tocas mi corazón?
Y caminaremos por esos mundos,
juntos lo dos, unidos en uno solo
agarrados de la mano como dos niños,
y atravesaremos ríos y montañas.
Buscaremos el paraíso de la vida,
En cualquier parte del universo
El cielo se alegrará de vernos pasar,
suspirando de nuestro divino destino.
III
Serán esas dos almas que se adoran
serán dos niños que les sonríe la vida
que tal vez un día, no sabemos, soñaron,
y ahora sonríen y lloran de felicidad.
Y les llegará esa dicha inmensa
como esas dos almas que revolotean
con alas, con miel en los labios.
con dulzura queda, unidos, dormidos.
Y absortos, en estado adormecido,
esos sueños que nos hacen revivir,
sueños infinitos de ternura y amoríos
que sin darnos cuenta hoy vinieron.
Los dos
¡Un ángel ha bajado del cielo!
¡y una rosa del rosal del jardín cortó!
¡y a los enamorados les ha ofrecido!
¡Oh! ¡Loas al Señor!
¡Que placer, que dichosa ventura!
la de los dos enamorados que se miran
sus ojos se acarician sin saberlo,
sin pensarlo, sin quererlo.
IV
¡De perfumes el aire ha quedado impregnado!
de ese fragor, de esa dulzura del rosal
de ese jardín, edén de enamorados.
Donde el alma de los dos ha quedado.
Más el alma del joven apuesto
voló en el suave viento de un suspiro
como un halo se lo acercó a su adorada
y ella queda, lo acogió en su seno.
¡Mí amor! ¡Suspiro de mi alma!
¡Todo corazón! ¡Recibe esta ofrenda!
Con ella te entrego mi alma encendida,
Con toda la locura del que te quiere.
De este que te adora y muere por ti.
acéptala como signo de profundo amor
¡Para esta linda muchachita,
bañada por el sol de primavera!
¡Envidia de las rosas del jardín
y del agua que rozó su cara!
V
Y el deseo de besar tus labios,
el mirarme en tus ojos preciosos,
ellos encienden mi locura
y me rinden a tus pies.
Mis anhelos celosos.
Del humo que brota de tus ojos
y del cáliz de esos, tus labios,
y el néctar dulce de tu boca.
mi corazón galopa desbocado.
¡La dicha de estos dos enamorados!
esa calidez del tiempo transcurrido
Ese sabor amargo que se esfumó
y que nos trajo el tiempo.
El tiempo pasado.
Absorto al volver a verte de nuevo
sin respiro, sin aliento, palpitando.
Allá y acá esperan los dos, solos
en el recuerdo viven con dolor.
Deja correr el viento
dejemos que se ponga el sol
con los labios unidos en suspiros.
de fondo, el ocaso en el horizonte
y con placer en el alma
y miel en los labios.
La Picaza, 18 de abril de 2021.
Romero Salgado-Pacha.
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