Las Cuatro Estaciones:
(III-primavera)
A ese Alma bondadosa llamada Violeta
Volver al pasado.
Sueña el zagal cada mañana
despierta. Ve aparecer la alborada
esa yerna y dulce mañana
que esa noche soñó.
Y sueña cada noche y cada día
sueña dulcemente con los luceros
que le palpitan en el corazón
ansiando locamente a su amada.
¡Recibe estos versos míos, sin rencor
y guárdalos en el fondo de tu Alma!
¡Hazme por un momento feliz
a este desdichado sin desconsuelo.
que sufre y llora por ti.
¡Solo con el eco de tu suave voz,
tan solo con eso!, quedaré servido
cuando tu me hablas y sonreís me
llegan los recuerdos, de ese pasado
de muy zagales, de tiernos niños.
Un soplo de viento llegó a mi,
fue el susurro de tu propio aliento
es tan dulce, como todo eres tu
es parte de lo que en ti guardas.
Trae a mi, tu corazón,
todo tu ser, todo tu Alma
¡Alienta a este Alma perdida!
¡Que se haya sin rumbo en el desierto!
¡Implora por este pobre errante!
este que por la vida perdido va
solo y sin rumbo, sin sentido.
¡Ven! ¡Ven a mi encuentro!
¿Porqué no retroceder al pasado?
¿Por qué no buscar nuestro futuro?
¿y volver de nuevo a empezar
aquello que nos impuso el destino?
Empezar donde lo dejamos
e iniciar nuestras vidas juntos
y reescribir una nueva historia
de dos seres que mucho se quieren.
De dos Almas gemelas
Que se querrán y se quisieron.
Verarzá, 16 de abril de 2021.
Romero Salgado-Pacha.
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