sábado, 11 de mayo de 2024

Poemario-Romance: "Canto a un amor"

 Insólito
(Verano I)

Siempre en el recuerdo de esos
intensos días que pasábamos
soñando tú y yo.

(Para Violeta con toda mi alma) 

Canto (Poema-Romancero)


I

Aquí me hallo reposando
pero hace mucho calor,
tanta que no la aguanto.
Yo te imagino que haces
cuando te hablo y te hablo
y tu no me dices nada.

¿Por qué no me arrullas tú
y así me duermo yo,
como en aquel día lejano
que el viento me traía 
silbando tu dulce canto?

Te dormirás solo, claro
y ¿por la noche también
si te sigo arrullando?
pero con la siesta siempre,
siempre, peor me levanto.

Dicen que duermen poco, 
¡Si!
Los que duermen mucho 
lo suelen decirlo siempre
que ellos duermen poco
y no se da por enterados.

Si a tu lado yo estuviera, 
dormiría en tus brazos,
hasta el otoño y la primavera
y llegaría a otro verano.

Y así pasaría todo el tiempo
todas las noches soñando
en un elixir eternamente
soñando de noche y de día
y yo muriendo querría
en tu regazo delirando.

Esa sería la dulzura mía
que me diera toda la vida, 
el elixir a mi alma
y tendrías esa aureola
que luciría tu hermosura
con el viento traspasado.

Esos hermosos ojos tuyos
que a los míos iluminarían
de un resplandor dorado
el presente y el pasado.

Y estaría eternamente
contigo, en tus brazos,
subiría al firmamento
para ver las estrellas 
que brillan como puntitos
¿Cuál de ellas tú serías?

¿Eres tú la luz divina?
la que siempre me admira
 la belleza que ilumina, 
la que los ojos guiña?



II

Esa es la que yo quiero
es la que a mi me espera
eres la más hermosa
y la que yo más deseo.

De todas sus cualidades,
la más bella estampa,
de su humildad extrema
la de su figura gallarda.

Esa que me embarga, 
la que del cielo más brilla,
la más quieta, la más sosegada,
la más hermosa estrella
que jamás nadie alcanza.

Perplejo estoy mirando
sí eras tú la hallada
¡si! la que un destello
desprende de su mirada.

¡Qué hermosa flor,
la que luce en el cielo!
¡La que siempre espera
que mi amor le entregara!

Quedé extasiado mirando
allá en el firmamento
mis ojos se inundaron 
de luz ciega celestial.

La visión me retuvo 
cegándome la retina
de mis ojos de enamorado,
de esa pureza embrujada
de su mirada en la mía.

¿Te gusta?
pregunta el poeta a su amada
¡Te salen tan fácilmente!
responde ella enamorada

Es la pasión que me inunda 
llenando mi pecho,
y hace que sienta esa dulzura
de ese dolor por mi amada.

¡Oh, luz del naciente!
¡Oh, dichoso amanecer
que claridad ilumina el cielo
y que nos trae la alborada!


III

Cuan no llena mi corazón
de tu dulzura enamorada,
miel de mis colmenas
y en tu corazón dulzura.

¡Sol de media noche
y día de luna clara!

¡Mies entre mis brazos
y pasión de mi alma!

¡Espíritu desinquieto
que a mi ser lo ata!

Puedo inventarte versos
de distintas trazas
pueden salir de uno, dos
y hasta tres o cuatro
poemas sin decir nada.

Aderezándolos, ya lo creo
y en un momento que pasa.

Y pensando en ese amor
que mi corazón siente,
y que dentro de mi ser
ahora y desde siempre
que a tu corazón alcanza.

Sin mediar razón alguna
y sin mediar palabra
entre suspiros y caricias
dentro muy dentro de ti 
y que mi alma guarda.

Tiene que explosionar
pase el tiempo que pase
    mientras que por mis venas
una gota de sangre corra
ha de fluir ese ardor
de tu alma y la mía
hasta que no quede nada.

Y subiremos al infinito
llevándonos en el recuerdo
lo pasado y lo presente
suspiros de la vida vana.


IV

Dejaré que descanses
para madrugar mañana,
está la noche por delante
y tú sin decirme nada.

Y tú a tus escritos
antes de irte de paseo
que tienes mucho que escribir
y apenas me cuentas nada.

Todavía no, aún es pronto
déjame relajarme ahora
pensando cosas dulces
y la mente en la distancia.

Me iré tesoro mío
cuando tenga ganas
vida de mi vida
amor de mi alma.

¿Ves?
que sigue el poema
hablando y hablando
es poner una cosa buena
y quitar otra mala.

¡Ya!
No te das ni de cuenta
¡No!
no parece que hablas.

Es pura poesía la que sale
No me doy ni de cuenta
y cuando hablo contigo
pierdo el sentido y el norte
en la medida de las palabras.

Pierdo el espíritu
la esencia de mi alma
que vuela hacía ti
que no ve ni mira
y te llegan aladas.

Te llega en un silencio
que el viento te lleva
y en un segundo
te ha de aparecer
mientras tu sueñas
sin que tú te des cuenta
de nada.

Es ese embrujo que tienes
y que a mí me embriaga
eres ese ser misterioso
que envuelve mi alma.


V

Vas a tener para tres 
o más poemas
¡¡Tela!!
dice ella ilusionada.

Esencia de la inspiración
de tanto verso suelto
que le hace suspirar
por ese amor tan hermoso
que lejano anda.

Ese amor que siente 
y ella no sabe nada
no sabe por qué misterio
que la tiene embobada.

¿Qué es lo que siente?
cree que no siente nada.

Yo no puedo evitarlo
no puedo apartarte de mi
es con algo que se adhiere
pegado a mi piel
como una ligera pavesa
sin poder arrancarla.

Se iría todo mi ser
detrás de ti, de tu alma
y no me quedaría nada.
Ya para que lo quiero
si el mío es tuyo
y no me dejas nada.

Los dos juntos 
uno sin el otro 
no somos nada.

Tú naciste para alegrar
todos los días de mi vida
que a mí me quedaran.

Esos días que han de venir
sean muchos, sean pocos,
o que no sean nada,
nada.

¡Qué feliz que me haces!
sólo con ser lo que eres
aunque guardes en silencio
de tus palabras.


VI

Sólo con los sentidos
estos versos escucharas
son tuyos más que míos
porque por ti, por tu amor
yo daría el alma y la vida
sin que tú me dieras nada.

¿No te entra sueño,
mi dulce amada?

¿No te da felicidad
escuchando el trinar
de unos lindos versos
que hacía ti escapan?

Te sale de todo,
le dirá su amada
que tras suspiro 
y suspiro le atenaza
y tras verso a verso
sentirse más enamorada.

¡Con el calor que hace!
sigue alabando ella, 
 impaciente escuchando
verso tras verso
expectante para ver
cuando se acaban.

Esos sueños que fueran
a venir se me escapan
cuando te hablo y te miro
y veo esos ojos tuyos
enternecedores de amor,
detrás de esas oscuras gafas.

Yo, estoy aquí fresquito,
ahora, mi dulce princesa,
ese frescor que me inunda
todo mi cuerpo 
y toda el alma.

Y con el soplo del viento
con el calor de tu mirada,
de tu aliento que me llega,
con las ondas hertzianas.

Y después de tanto tiempo,
días y días sin escribirnos
y sin decirnos nada;
estas cosas están ahí,
 esperando todas, siempre
a que tu llegaras.

No puede borrarse nunca
lo que se siente por una dama
por la mujer de sus sueños
que desde que la conocí
desde hace mucho o poco
 siga adorándola.


VII

No pueden olvidarse
estos sentimientos míos,
por muchos reveses, que nos 
de la vida, cada uno es como es
y aunque quede hecho añicos
y no nos quede nada.

Siempre, estará nadando
esa ola o halo en el agua,
flotando calladamente,
medio muerta,
en silencio,
medio ahogada.

Absorbe toda esta pureza
que brinca dentro de mi
y que cuando te sienta cerca,
se alzará con los brazos 
para poder alcanzarte
para llegar esa estrella
y finalmente alcanzar
la pureza de tu alma...

Estrella que me miras
que tanto brillas allá arriba
alzo los ojos para cogerla
 y yo sin poder tocarla.

Y con todo, todo eso
yo no me quedo con nada,
aunque me lo ofrezcas,
con nada.

Seré feliz tenerte a mi lado
porque pase lo que pase
muy dentro de mi corazón
quedará impregnada
y gozosamente feliz
inundando mi alma.

Y seré todo tuyo,
ya tendremos mucho,
mucho amor,
aunque en el cuerpo
no me quede nada... 

¡Qué inspiración!
exclamará sorprendida
una y otra vez ella
sin aliento en el alma.

Con los ojos empapados
en lágrimas,
sin poder cerrarlos
ni tan siquiera abrirlos
y colmados en sueños
de sentida añoranza.

Seremos los dos en uno,
uno en dos y lo tendremos 
todo, todo, todo,
porque el amor es lo que más,
lo sublime, y lo demás,
no vale nada.


VIII

¡Nada!

¡Ay, mi vida!
hace mucho que mi corazón
con esta intensidad
no se vaciaba
tienes que estar cerca de mi
para ser lo que yo quiero ser
y lo que tú quieras mañana.

Lo que puedo ser,
porque yo sin ti,
sin tu amor, mi tesoro,
yo no soy nada...

Eres mi felicidad,
el sol que me ilumina,
todos los años y los siglos
todo lo eterno de la nada.

Eres el amanecer de cada 
anochecer y cada mañana.
eres como el sueño eterno
que me despierta 
cada mañana.




Calvario, 28 de julio de 2022.
Romero Salgado Pacha



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