Para esa ternura de mujer
que los recuerdos siguen perviviendo
(Para Violeta)
Recordando...(Poema)
Al cabo de un tiempo
y con el calor subiendo
de mañana temprano
de este verano de 40 grados.
Pasados unos días
volvemos por el sendero
de los puentes de Madison
parece que fue de antaño
o de muchos años.
¿Pero? ¡no!
es de un tiempo cercano
la nostalgia que nos llega
de momentos felices
que llegan a la memoria
con toda la lucidez
cuando los puentes cruzamos.
El paisaje se hace acogedor
la veredita adelante
pisando la alfombra
aplastada de un pasto tostado
y que renace como vivencia
a cada paso que damos.
Renace la nostalgia
de los paseos pasados
que dimos y ahora damos
de pocos meses
y no de tantos años,
de un año y medio contados.
Fue cuando por primera vez
pasando por estos puentes
surgió el primer poema
y siguieron otros muchos más
en la retina guardados.
Y al atravesar el Manantial
hizo que la emoción subiera
y se hiciera sublime
al llegar y ver el agua
del arroyuelo corriendo.
Detrás de la alambrada
cuando pasamos
las ovejitas sorprendidas
no dejan con asombro
de mirarnos.
Hace tanto tiempo
el que no nos ven pasar
que en el haz de su mirada
encuentran la sorpresa
de volvernos a contemplar.
Estas elucubraciones
de un tiempo cercano
que tan lejano nos parece
que surgen estas nostalgias
cuando de nuevo
por este sendero volvemos
a pasar.
Es, quizás esa tristeza
de los recuerdos
la que emociona,
la que adorna el corazón,
no para que sufra
sino sentirse reconocido
y llora el recuerdo
de sentimientos.
Se olvida de los versos,
del alma de enamorado
simplemente es ese recuerdo
que regresa del pasado.
Cambios en la naturaleza
de todo aquello sentido
y después querido
de todo lo amado.
Veredas que se bifurcan
en el sentido de las cosas,
de la naturaleza viva,
del presente y del pasado.
Del tiempo y del destino,
y de esas personas
que en el recuerdo
siempre nos acompañaron.
No es para reírse ni llorar
es dejar pensar en los sueños
que en la vida hemos pasado
que vuelven y vuelven
con el viento añorado.
Sueños latentes que irán
en la vida de cada ser,
seguirán por el sendero pasando
irán y volverán en el recuerdo
como nosotros volvemos
a cruzarnos.
El sol cae de plano
sobre la cabeza descalzo
que empuja sin avisarnos
con sus latentes rayos.
Buscar sombra que nos cobije
es imposible de resguardarse
de algún árbol ausente
a nuestro paso.
Y regresamos a lo vivido
a la ilusión de lo soñado,
seguiremos viviendo
de los sueños y del pasado.
Queremos sentir el tiempo
que nos haga más felices
para vivir lo que el destino
nos haya otorgado.
Los puentes de Madison,
agosto 2022.
Romero Salgado Pacha.
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