Las estancias.
Del poemario:
Autor: José Iglesias Benítez
Cáceres, 2007
Ed. Diputación Provincial de Cáceres.
Institución Cultural "El Brocense"
Páginas, 65, 67 y 69)
Nigh club (Poema)
A Ricardo Hernánde y Maribel
Lasciate ogna speranza
Dante Alighieri.
Dadme un vaso de luz para bebérmela
esta noche de falsos abandonos,
esta noche de whisky y soledades
que lentamente afloran, copa a copa.
Dadme un vaso de luz, topacio puro,
para sorber dos ojos en un trago,
dos ojos en callada mansedumbre
que ni siquiera acíbar guardan ya:
sólo tristeza, sólo alma y hastío.
Aún queda por el fondo una nostalgia.
el temblor de un destello casi al filo
de la entrega, de la lágrima, o la duda.
Tiene los ojos tristes, la muchacha.
Dadme un vaso de luz mientras contemplo,
en su danza de viento y trigales,
ese oscilar de vida, los meandros,
las calas de su oferta,
los presagios más claros de su vientre de luna.
Al borde de la música se muere.
Rediviva, incorpora una sonrisa inútil
casi el soplo de un aura
de blancura tristísima que encoge
hasta la confidencia el corazón.
Unas manos quisieran deslizarse,
volar por sus caderas -leves tórtolas
en campos de centeno- y agonizan,
presas de nicotina y humo dúctil,
en la escarcha del vidrio.
En otro tiempo
amaron sin medida, se aferraron
al mármol de unos senos, bucearon
las hondas grietas húmedas, la cálida
suavidad del almíbar...
y palpitaban
la plenitud del bosque sobre el templo,
las lianas de lignito y los corales
bajo sus diez candelas encendidas.
Ahora desfallecen sin abrigo
rn la piel del cristal, sobre las gotas
del rocío del hielo y el desánimo.
-Estoy muriendo, amor, estoy muriendo
también al borde mismo de la música.
Quizá la vida es esto, este morir
de amor o de deseo, con un whisky
perfumado de boca, y admirando
el baile de este cuerpo que redime
de las horas perdidas, de los sueños,
de la esperanza hundida que ya nunca.
Más nunca abandoné toda esperanza.
-Tú lo sabes amor.
Hablo contigo
ahora que no estás, como si vieras
esta ola de deseo en este vaso
de luz, topacio puro, donde bebo
soledades de whisky, y abandonos,
mirando a una muchacha de ojos tristes
que me ofrenda su cuerpo en el abismo
desolado del baile...
Y estas manos
que te añoran, tendrán en su tibieza
el salario de paz que necesitan
para sentir que viven
porque aman.
(BE-2247)
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