Dulce néctar
Cerró los ojos
y él se durmió,
con una sonrisa
que se dibujaba
en la cara.
Notó que era ella
que le arrullaba,
le besaba los labios
y los seguía besando
sin desmayo.
Notó en la suya
con la de ella
ese dulce néctar
que siempre estuvo
de ella esperando.
Fue solo un sueño
Les entró el sopor
Y en lo más alto
del firmamento
donde las estrellas
se incendiaron
de loca pasión.
Fue un largo sueño
del que no volvieron,
como un vaivén qué,
circunda el espacio
y mece los sentidos.
Y los deja correr
a su libre albedrío
y cuando regresan
encuentran la nada
y se halla el vacío.
Mont, 16 junio, 2024
Romerito
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