Un soplo de viento
Y allí estabas tú
esperándome a mí
y tampoco sabías qué
pero al instante surgió
el prodigio.
Con ese dolor tuyo
tus ojos extrañados
sorprendida quedaste
y sentiste en tu piel
la caricia de la mía
en tu alma recorrer.
Mi mano en tu brazo
en ese pequeño desliz
sutil que estremecía
sentiste lo que yo sentí.
Qué misterio voló
que yo mismo percibí
un sentimiento extraño
que se adueñaba
muy dentro de mí.
Como si de esa piel
ardiente de verano
me llegara un poder
dejando en la mía
algo impregnado.
Una extraña sensación
que nunca jamás sabré
ni que hubiese soñado
como un soplo de viento
recorriendo toda la piel.
Calvario, 16, febrero, 2024
Romerito
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