El límite del deseo
Mañana te llamaré,
para sentir en mis oídos
ese dulce tono de voz
de ternura angelical.
Con besos en mis labios
y con la suavidad de ella
caerá sobre mi espíritu
como un bálsamo.
Para que me resucites
y cure todo el mal
que me martiriza
y recree en mí
dulce bienestar.
Con las caricias tuyas
con tu mirada y la mía
y con esa voz deliciosa
tú me irás susurrando…
…esas palabras tuyas
que me adormecen
que dejas caerse en mí
de trinos en mis oídos.
Recorreré tu cuerpo
con caricias en tú piel
y con mis labios seguiré
con delirios de grandeza
colmándote a besos.
Y avanzaré aún más,
buscando el destino
traspasaré esos límites
para hacer un alto
en mitad del largo
camino.
Con deseos impacientes
de seguirte explorando
hasta llegar al límite
donde me detendré
en esos deseos míos.
Mont, junio, 2024
Romerito
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